Tiempo de mentiras y lucha #15m #acampadasol #spanishrevolution


Ha llegado una vez más el momento en el que los políticos bajan de su torre de marfil para fingir cercanía. Es el momento de estrechar nuestras manos, las de los idiotas con derecho a voto. Entre bambalinas se lavan las manos con asco, ¡qué sucia es la plebe! Para ellos somos esa gente que huele a trabajo y desesperación, menuda falta de elegancia. Normalmente no somos un interlocutor válido, por desgracia ahora tienen que contar con nosotros, por eso de cara a la galería todo son sonrisas que no se dibujan en sus ojos.

Políticos que ahora tratan de camelarse a la gente que huele a croqueta, que bajeza para ellos que están acostumbrados a la alta cocina. Pero solo son unas semanas, después pueden volver al Olimpo, y observarnos desde las alturas, aliviados con la arrogancia que les caracteriza.

Ahora alardean, se pavonean como adolescentes, elogiando sus actuaciones lamentables, aliviando su esfínter oral, dejando caer palabras vacías, arrojadas contra un público que aplaude hipnotizado al líder. Hay que hacer un ejercicio tremendo de análisis para extraer algún contenido real de tanta basura argumental. Y lo poco que podemos encontrar después de escarvar como mineros, son descalificaciones a los partidos contrarios. Donde nosotros esperamos un comportamiento ejemplar, coherente, y digno, ellos nos ofrecen la actitud de unos niñatos malcriados.

Pero esta vez nuestros políticos se han topado con esos a los que ignoran con tanta soltura, el pueblo, que se les han plantado en la mitad del país y muchos rincones del mismo y han dicho basta. Son las personas que se levantan cada mañana y mientras recorren la ciudad en metro se preguntan cómo llegarán a fin de mes; aquellas que se gastan lo poco que les queda en fotocopias de su currículum y el transporte público, mientras aumenta la desesperación y merma la autoestima. Son los ignorados, esos que por otra parte alzan al poder a los políticos que luego les dan la espalda; además de ser quienes mantienen el mundo en marcha.

Esos ignorados ya cansados de ahogarse en hipotecas, en la precariedad, en el desempleo, en la situación de becario estirada como un chicle al Sol, se han congregado para plantarle cara a los políticos que hasta ahora pensaban que con unos apretones de manos y unas sonrisas era suficiente.

Al principio lo tomaron como un conjunto de exaltados más, algo que no merecía mayor atención. Después trataron de ignorarlo, y aparentar que esas miles de personas no estaban ahí. Ahora ya son demasiados para ocultarlo, y no solo la sociedad española observa, ahora nos mira el mundo entero. La clase política empieza a preocuparse, temen la influencia en las elecciones que tan bien habían planeado. Ahora las estrategias varían según el bando, unos tratan de desprestigiar al movimiento, diciendo todo tipo de idioteces para tratar de desprestigiarlo; otros por el contrario usan la técnica del padre que quiere ser guay y acercarse a los manifestantes.

Pero esta vez no hay tregua, los ciudadanos estamos cansados de que nos tomen el pelo, de que hayan hecho lo que les ha dado la gana sin tenernos en cuenta y a nuestra costa, porque los que estamos pagando los platos rotos somos los de siempre, nosotros. Y por eso es hora de que empiecen a escuchar al pueblo porque a fin de cuentas ellos trabajan para nosotros, esperemos que les empiece a quedar claro.

Sí no puedes seguirlo en la calle, síguelo en directo: #15m #acampadasol #nolesvotes #notenemosmiedo #nonosvamos #spanishrevolution #democraciarealya

Comunas, tabúes y vagos


En los años sesenta se fraguaron importantes deseos de cambio y así surgieron movimientos que intervinieron en muchos aspectos en la sociedad, el movimiento del 68 tuvo una repercusión importante a escala mundial. El Mayo francés surgió de un malestar social, tanto de los estudiantes como de los trabajadores que finalmente se unieron a los primeros. Pronto sería visto también por muchos como una lucha por derrocar el modelo de la «vieja sociedad» demasiado conservadora para los ideales de mucha gente.

En los sesenta todo era utopía, sueños, amor libre, drogas y vida alternativa. La Kommune I hay que entenderla en este contexto. Fue fundada el 12 de enero de 1967. Y fue una acción muy revolucionaria, ya que en aquella época, en Alemania, hombres y mujeres que no estuvieran casados no podían siquiera alojarse en un hostal, ya que de permitirlo el dueño podría tener problemas con la ley. Que de repente un grupo de hombres y mujeres convivieran, pasaran gran parte del tiempo desnudos, practicasen el amor libre, y encima lo hicieran sin ningún tipo de intimidad, sin puertas, sin paredes, etc., suponía algo revolucionario en aquella época.

Los habitantes de la comuna consideraban que en el núcleo familiar se gestaba el fascismo, ya que era la célula más pequeña del Estado, cuyo carácter opresivo deriva en todas las instituciones. Es por ello que concebían que era necesario romper el núcleo familiar. Gran parte de la idea partió de Dieter Kunzelmann, uno de los activistas fundadores de la comuna y conocido por participar en happenings y en la creación de folletos y manifiestos.

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Las incoherencias de izquierdistas


Me gustó mucho la película brasileña «Ciudad de Dios» y por eso cuando leí acerca de «Tropa de Élite» inmediatamente tuve unas ganas de tremendas de verla. En relación a la temática de la película, en este caso enfocada desde el punto de vista contrario al visto en «Ciudad de Dios«, me ha encantado un post que he leído en el blog de Escolar. Los seres humanos en muchas ocasiones somos incoherentes, nos equivocamos e incluso nos contradecimos con frecuencia. Nadie escapa a esta realidad. Pero confieso que desde siempre me han hecho mucha gracia estos grupúsculos de, como los llaman en el post, modernitos que van de izquierdistas. Me hacen gracia porque en cierta manera son caricaturas lamentables, inconscientes que pretenden la consciencia, copias baratas que vomitan conceptos sobre los que jamás han reflexionado.

A continuación les dejo el post, que también pueden ver en el blog de Nacho Escolar, ya que me parece una aportación realmente buena, además de considerarlo una cuestión que diversas personas deberían de plantearse seriamente.

Es imposible salir indiferente del cine tras haber visto la película brasileña Tropa de Élite sobre las actividades de un batallón policial homicida y fascista en un enjambre de favelas donde la policía convencional supura corrupción. Pero de los muchos dilemas morales que plantea la pregunta, y de las muchas denuncias que contiene, hay una que seguramente mucha gente joven de aquí, de España, no querrá oír.

“¡Vosotros financiáis esto!”, grita el capitán Nascimiento a un grupo de estudiantes de clase media-alta, con sus camisetas ‘fashion’, sus discusiones pseudopolíticas, sus ONG y sus porritos y rayitas de coca. Ésos que contemporizan con los traficantes y no se les cae de la boca el concepto de “conciencia social”. El brutal capitán Nascimiento se equivoca en muchas cosas, pero no esa apreciación: esa ‘chinita’ de costo, esa rayita o pastillita que cae en fiestas de modernitos que van de izquierdistas financia el sufrimiento de miles personas. Ese dinero engrasa la inmensa máquina de tráfico de mujeres, armas, niños… y no sólo en las favelas de Río.

CCOO pide que no suban los sueldos a los trabajadores


Cuando vivimos en un mundo en el que el secretario general de un sindicato, en este caso José María Fidalgo de CCOO, confirma que el compromiso del mismo sigue vigente, y que no es otro que la «moderación salarial«, es que algo va muy mal.

Si a esto sumanos que Fidalgo no se ruboriza al afirmar que «se alegra» de coincidir con Zapatero en pensar «en los de abajo antes que en los de arriba«, es que las cosas van doblemente mal.

Para rematar, del párrafo anterior podemos extraer que Zapatero también defiende esa «fantástica» propuesta de la «moderación salarial«, y eso que pertenece a un partido que aún no ha eliminado el calificativo, que claramente no merece desde hace tiempo, de socialista.

Está claro que la izquierda está pasando por un periodo nefasto. Creo que a nivel general incluso ya no podemos hablar siquiera de izquierda, existe una minoría de personas que aún defienden las ideas de la izquierda, pero el resto es un conglomerado de descafeinados a merced del capital y de los oscuros intereses economicistas que ningún bien hacen al «simple» trabajador, que sobre sus hombros sostiene todo este sistema que se aprovecha de él y le explota, y no para hasta exprimirle la última gota.

La suspicacia del rechazo a la Educación a la ciudadanía


El control de la educación otorga mucho poder al encargado de hacerlo. Eso es algo bien sabido por las diversas religiones, así como por conservadores. A lo largo de la historia las religiones se han ocupado bastante bien de impedir el libre acceso al conocimiento, fomentando la ignorancia y manteniendo el estatus elitista que tiene el conocedor frente al que desconoce.

En nuestro caso, el europeo, podríamos citar un hecho prácticamente fundamental que daría un vuelco importante a la historia y que sin duda fue un acto revolucionario: la publicación de la Biblia traducida al alemán. Podemos afirmar por tanto que Martín Lutero fue un revolucionario. A pesar de ello, y aunque a lo largo de los años los ciudadanos hemos ido conquistando más y más aspectos del conocimiento, seguimos sufriendo las consecuencias de una educación y un acceso al conocimiento capado e incluso devaluado. Es cierto que hay un creciente número de personas que acceden a la universidad y que optan por una enseñanza superior, pero ésta a su vez parece que se devalúa hasta llegar al punto que tanto la escuela como las universidades se han convertido en meras fábricas de adoctrinamiento, en sistemas de reproducción social, en instituciones que emplean el copiar pegar de información, pero que en ningún momento fomentan un espíritu crítico, una libertad de aplicación del conocimiento, el derecho a la reflexión. Podríamos decir que en cuanto al conocimiento se ha hecho lo que la Iglesia Católica con la Biblia, la podemos leer, pero las interpretaciones que hemos de darle vienen escritas al final de la página, la interpretación propia, personal y quizá crítica no tiene cabida en nuestra sociedad.

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