La suspicacia del rechazo a la Educación a la ciudadanía


El control de la educación otorga mucho poder al encargado de hacerlo. Eso es algo bien sabido por las diversas religiones, así como por conservadores. A lo largo de la historia las religiones se han ocupado bastante bien de impedir el libre acceso al conocimiento, fomentando la ignorancia y manteniendo el estatus elitista que tiene el conocedor frente al que desconoce.

En nuestro caso, el europeo, podríamos citar un hecho prácticamente fundamental que daría un vuelco importante a la historia y que sin duda fue un acto revolucionario: la publicación de la Biblia traducida al alemán. Podemos afirmar por tanto que Martín Lutero fue un revolucionario. A pesar de ello, y aunque a lo largo de los años los ciudadanos hemos ido conquistando más y más aspectos del conocimiento, seguimos sufriendo las consecuencias de una educación y un acceso al conocimiento capado e incluso devaluado. Es cierto que hay un creciente número de personas que acceden a la universidad y que optan por una enseñanza superior, pero ésta a su vez parece que se devalúa hasta llegar al punto que tanto la escuela como las universidades se han convertido en meras fábricas de adoctrinamiento, en sistemas de reproducción social, en instituciones que emplean el copiar pegar de información, pero que en ningún momento fomentan un espíritu crítico, una libertad de aplicación del conocimiento, el derecho a la reflexión. Podríamos decir que en cuanto al conocimiento se ha hecho lo que la Iglesia Católica con la Biblia, la podemos leer, pero las interpretaciones que hemos de darle vienen escritas al final de la página, la interpretación propia, personal y quizá crítica no tiene cabida en nuestra sociedad.

Este sistema es positivo para quienes detentan el poder y quienes quieren seguir siendo los encargados de controlar y enriquecerse a costa de los ciudadanos. Lo que valía en la Edad Media vale ahora: un pueblo que desconoce está prácticamente a disposición del conocedor. Y así es, aparentemente tenemos más conocimiento, pero este como ya decía está capado por lo que en el fondo estamos igual que antes, en gran medida.

Entiéndase en este punto que soy consciente de que algo hemos mejorado nuestra situación, pero quiero resaltar que la gravedad del asunto está en que a pesar de ello, en cierta manera, seguimos igual.

Habiendo ya explicado de forma muy breve y resumida la importancia que tiene el conocimiento, y por tanto el control de la educación, podemos entender el por qué de la exaltación desmesurada de los sectores conservadores y del Partido Popular como representante de éstos con respecto a la nueva asignatura llamada Educación a la ciudadanía y los derechos humanos. Claros opositores de muchos de los valores e ideas que pretenden transmitirse con estas asignaturas, los conservadores temen que dichas ideas penetren en el seno de su familia a través de sus hijos, quienes «contaminados» por la ideología promovida por la izquierda se conviertan en futuros votantes del PSOE y en amantes de la cultura e ideas «de los desviados«.

El control de la educación es importante para los conservadores para imponer sus ideas y para el éxito de sus postulados, y dado que estos ya están siendo atacados por muchos frentes, la Educación a la ciudadanía y los derechos humanos, la conciben como un claro ataque a lo que más desean conservar, las mentes de sus descendientes, a quienes pretenden inculcar su espíritu retrógrado y su odio particular hacia todo aquello que rechazan de forma vehemente por concebirlo como una actitud que atenta contra la moralidad cristiana y sus doctrinas obsoletas y faltas de revisión y adaptación a la nueva realidad social en la que vivimos.

Yo personalmente considero que dicha asignatura es un avance positivo en la búsqueda de eliminar ideas discriminatorias y normalizar realidades que se conciben como novedosas y que desgraciadamente han sido estigmatizadas por gran parte de la población. Educación a la ciudadanía y los derechos humanos es un paso adelante en la consecución de una sociedad más abierta y más afín a la realidad en al que vivimos. Por esta razón considero importante que se de una asignatura de este tipo, además de concebirla como un posible proyecto muy positiva para crear una sociedad más consciente e involucrada con la política y más dispuesta a participar en la misma activamente.

[tags]Educación a la ciudadanía, derechos humanos, conocimiento, educación, izquierda, conservadores, religiones, ideología[/tags]

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