Mi nombre es Andrej Nicolás Hillebrand.
Nací en Alemania el 3 de abril de 1983, y a partir de los 6 meses de vida me pasaba 6 meses en caravana, viajando desde Augsburgo hasta Cádiz desde donde íbamos con un barco hasta Tenerife. Y los otros 6 viviendo en Alemania, donde mis padres trabajaban para tener algo que echarnos a la boca.
Eso fue así hasta 1989, año en el que nos establecimos definitivamente en Tenerife porque yo tenía que empezar el colegio, y a mis padres les gustó la isla tanto para ellos como para mi. Y así comenzó nuestra aventura en esta isla, con pocos muebles, algunas nociones de español muy básicas y muchas deudas bajo el brazo nos dispusimos a emprender una nueva vida, empezar de nuevo en un lugar distinto.
Mis padres se ganan el pan con la limpieza. Es una lucha continua, un constante corre corre, y su consecuencia inmediata una evidente falta de tiempo libre. Hasta ahora mis padres me pagaban la carrera lo que suponía un gasto adicional elevado, ahora, y ya habiendo terminado, espero conseguir trabajo pronto y así aliviar a mis padres y que puedan ser ellos quienes disfruten de lo que antes se gastaban en mí.
Por si les interesa, soy licenciado en Sociología. Cursé mis estudios en la Universidad de La Laguna.
Me he criado en un entorno que me ha convertido en lo que soy, en como pienso, en como sueño. Mis padres fueron firmes defensores de la paz, hicieron y participaron en un sinfín de actividades, reivindicaciones, luchas por un mundo mejor para todos. A los meses de nacer ya era objetor de conciencia, y siendo aún un enano participé inconcientemente pero con mucha diversión en cadenas humanas por la paz.
Esta educación, ha hecho mella en mi, y hoy día sueño con poder poner mi granito de arena en una lucha tan necesaria como es mejorar este mundo para todos nosotros y los que vengan después.
Al haberme criado sin televisor en casa, ya que el televisor es una de las principales causas de falta de comunicación en las familias, me he pasado la vida hablando, discutiendo y conversando acerca de todo tipo de cuestiones con mis padres, que por suerte para mi, son personas que han leído mucho. Es por ello que estoy acostumbrado a cuestionar las cosas, a hablar sobre cualquier tema, y sacar mis propias conclusiones.
Sería por el año 94 cuando pasaba por un bache ya que mis amigos Rubén y Yasset y yo tuvimos que enfrentarnos a la dureza de la vida antes de tiempo. A partir de aquel entonces nuestras vidas, las de tres niños sencillos que solían divertirse en las calles de un pequeño pueblo, cambiarían y nos harían madurar antes de tiempo.
Durante un periodo la rabia, el dolor, la frustración y el odio ocuparon mi tiempo. Busqué consuelo en el hip-hop ya que era una música en la que las personas expresaban, entre otras cosas, esos sentimientos que me ahogaban. Me había convertido en una persona introvertida, fingía sonreír cuando realmente muy pocas cosas me daban un sentimiento de pseudofelicidad momentánea. Ocultaba lo que realmente sentía y me negaba a hablar de mi. Pero a través del hip-hop me di cuenta de que eso sólo servía para estar cada vez más triste, así que en algún momento de mi vida comencé a escribir, prosa, poesía, y me hizo sentirme mejor.
Fue así como desarrollé mi afición a escribir. Hoy día utilizo la lengua para compartir mis reflexiones con quien las quiera leer, para entretenerme y divertirme. He comprendido que no puedo luchar por un mundo mejor en el que las personas sean felices si yo no lo soy. Por eso procuro mi felicidad para poder hacer partícipes de la misma a los que me rodean.