Me hace mucha gracia leer la entrevista de Teddy Bautista en el ABC, empezando por su respuesta a la primera pregunta, en la que afirma algo tan interesante como lo siguiente: «[…]pero habría que revisar la legislación, y conseguir que los ayuntamientos y las instituciones locales, en lugar de poner obstáculos, faciliten la presencia de la música.» Resulta interesante que sea precisamente el presidente de la SGAE diga esto, ya que no se por qué pero quien me da la sensación de que pone obstáculos es él y su organización.
Cuando prácticamente todo lo relacionado con la informática termina marcado con un canon, el cual se impone supuestamente para contrarrestar las supuestas pérdidas producidas por el intercambio de cultura vía P2P, difícilmente se puede justificar a su vez la terrible campaña e incorrecta, que se fomenta desde la SGAE y con la que se pretende criminalizar a quien descarga sin ánimo de lucro creaciones artísticas y no tan artísticas de la red. El canon se justificó como la forma de recaudar el dinero que se escapa de las manos a los empresarios de la industria del entretenimiento, claro que para que se les escape ese dinero debe de existir algo que lo justifique, en este caso el intercambio de archivos vía P2P. Se trata de una imposición que se retroalimenta, y que sólo es posible por la dialéctica que se genera en torno a este fenómeno. Si se cortara el intercambio de cultura, el canon debería desaparecer porque no habría justificación para el mantenimiento del mismo. Esto supondría un tremendo golpe a las arcas de la SGAE, ya que dejaría de ganar una tremenda cantidad de dinero. Los que le generó el canon a la sociedad en el 2007 ascendieron a los 20 millones de euros.
En realidad a la SGAE le conviene que exista el P2P y las descargas legales (legales porque es legal descargar películas, música, etc., por P2P), sobre todo porque sólo así pueden justificar la creciente cantidad de dispositivos marcados con el canon, buen ejemplo de ello el canon digital.
Pero no solo la SGAE se beneficia de las descargas, también las compañías que ofrecen internet podrían ver afectado de manera considerable su negocio si de repente los usuarios no pudieran seguir descargando todo tipo de archivos a través de la red. Con total seguridad serían muchos los que contratarían conexiones con un menor ancho de banda, cuyo coste es menor, ya que para qué pagar por algo que no se va a aprovechar.
Cierto que afirmar que el principal problema es que, organismos como la SGAE, siguen empeñados en defender un modelo que ha quedado obsoleto, es utilizar una afirmación muy recurrida, pero es que hay que hacerlo pues es ahí donde radica el problema principalmente.
Pero consideremos otra de las afirmaciones de Teddy Bautista en la misma entrevista: «Todo este discurso de la cultura libre, si es tan progresista como parece, la izquierda tendría que reivindicar la vivienda libre, la comida gratuita, la educación, la asistencia sanitaria, la ropa… cuando todo eso sea gratis, a lo mejor los artistas tampoco quieren cobrar por su trabajo, pero eso se llama co-mu-nis-mo. Mientras la leyes fundamentales no cambien, eso seguirá así.»



