Esta noticia ya tiene unos cuantos días, pero es que me hizo tanta gracia, que pensé que si alguien aún no se había enterado no podía negarle echarse unas risas con las aventuras de la SGAE.
Como buena alimaña que son los de la SGAE, llevan un tiempo infiltrándose en bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, fiestas y demás eventos lúdico-festivos con cámaras ocultas para grabar cómo la gente baila al ritmo de la música. Son como ratas de cloaca, se meten donde nadie les llama y emplean técnicas de lo más rastrero y sucio. Para la SGAE bailar al ritmo de una canción que se escucha a través de un altavoz, sin que todos los asistentes a la fiesta tengan el CD es una violación de los derechos de autor. Ellos consideran que todo local que amenice las veladas con música debe pagar por ello, lo que es absurdo, es como si tuvieras que pagar al arquitecto que construyó tu casa por cada vez que entras en ella, o si tuvieras que pagar a quien hizo tu reloj cada vez que le dieras la hora a otra persona que no eres tú, el propietario del reloj.
Lo que hace la SGAE es una violación de la intimidad y por ello puede caerle una multa considerable, sobre todo teniendo en cuenta que son reincidentes, ya que en el 2007 se les impuso una multa de 61.101 euros por hacer exactamente lo mismo.
De todas formas, propongo una idea, sobre todo porque sería muy divertido, casi como una especie de happening. En una boda o lo que sea, repartir entre los asistentes reproductores de mp3, con una selección de canciones descargadas de la red, ya que esto es legal, y que el DJ lo único que hiciese fuera comunicar a los invitados qué canción deben poner en cada momento para que todos bailen a un ritmo similar. Claro que los reproductores mp3 los deberían de traer los novios, o algún asistente a la fiesta. De esta forma, el local no tendría que pagar derechos de autor porque no están poniendo música, los asistentes podrían seguir bailando, y los de la SGAE se subirían por las paredes. Me haría mucha gracia ver algo así.