Al que inventó el dicho «el tiempo vuela» realmente supo plasmar la sensación que produce la temporalidad de los sucesos, sobre todo cuando uno los recuerda desde el presenta como hechos ya pasados.
El martes pasado mi novia y yo estábamos en Madrid, con los pies dolidos de tanto andar y preparándonos con algo de prisa para ir al concierto de Beyoncé en el Palacio de los Deportes, y aunque parece que fue ayer, ya hoy es lunes y comenzamos una nueva aventura laboral. Así de rápido viajamos por la vida, parece una autopista por la cual conducimos con el pedal del gas pisado a fondo.
En cualquier caso, lo bueno es que los grandes momentos y los momentos bonitos quedan para el recuerdo, se graban en la memoria y puedes recuperarlos siempre que quieras para revivirlos y disfrutarlos de nuevo. Además, con las nuevas tecnologías dispones de aún más mecanismos para que dicho recuerdo no se desvanezca y mantener constancia del mismo. En cierta manera somos capaces de capturar el tiempo.
El concierto fue una pasada, todas las entradas vendidas, 15.000 personas vibrando desde el primer momento generando un ambiente que invitaba a pasarlo bien. Beyoncé salió al escenario y cautivó al público desde el primer momento. Cuanta energía desprende esa mujer sobre un escenario, un chorro de voz espectacular combinado con una espectáculo que sin duda vale la pena presenciar.
Está claro que repetiremos, no sabemos cuando ni a quién iremos a ver, pero está claro que caerán más conciertos cuando cuadre.
Para mi fue una noche espectacular, lo pasé muy bien, disfruté mucho y lo recordaré siempre y creo que mi novia también.
Grabamos muchos vídeos, pero con la cámara de fotos y atendiendo al concierto a la vez no es muy fácil y queda algo movido, pero bueno, como muestra les dejo un vídeo que grabamos, del final del concierto, aunque si buscan por ahí seguramente encontrarán otros mucho mejores, hicimos lo que pudimos y sobre todo nos llevamos un trocito de algo que es y será especial para nosotros.