Barcelona estuvo genial, una vey más queda demostrado que es una gran ciudad, preciosa, llena de vida y con muchos lugares preciosos que visitar. Ahora estoy en Alemania, visitando a mi abuela que a pesar de tener más de 80 años sigue estando en forma no tanto física, pero si mental. Es un hacha haciendo crucigramas, incluso sabe lo que son los SMS y conoce también otras terminologías tecnológicas.
Ya contaré más cuando regrese a Tenerife el 26, pero no quería dejar pasar la oportunidad de escribir algo para no dejar el blog abandonado tantos días. El tiempo aquí en Alemania está frío, muy frío, sobre unos 11°C. En este sentido he pasado de un tiempo caluroso y de verano como el que tuvimos, afortunadamente, en Barcelona donde sudé bastante con tanto caminar, a todo lo contrario, el invierno. Y todo eso en tan sólo unas horas.
Pero el tiempo no es lo único que diferencia a un lugar de otro. Barcelona es una ciudad llena de vida, donde la gente no para de recorrer sus calles, donde locales se mezclan con visitantes y las lenguas son tan variadas como los rostros con los que te cruzas. En Augsburgo la cosa es bien diferente. Las calles están bastante vacias siempre, la gente no acostumbra a estar mucho en la calle. Evidentemente el tiempo tiene algo que ver, pero incluso cuando hace buen tiempo las aceras no tienden a colapsarse por el tránsito de personas. Es otro mundo, interesante también pero para estar de visita, para vivir ciertamente prefiero una ciudad como Barcelona. Si es que el haberme criado en Tenerife tuvo por lógica que dejar huella, y así es que a pesar de haber nacido en Alemania tengo poco que ver con la mentalidad tan rígida, callada y de tranquilidad constante de los alemanes. A mi me gusta un poco más de ritmo en la vida. No digo que lo uno sea mejor o peor, simplemente que a mi me gusta más salir a la calle y cruzarme con personas, ver a la gente paseando, comprando y haciendo vida en el exterior.
Pero sin duda también hay muchos aspectos positivos y por los que merece la pena visitar Alemania: muy buena comida, deliciosos olores, paisajes que quitan el hipo, mucha belleza en las cosas que uno ve…
He de irme, se me termina el tiempo en el ciber y mi madre me dice que el tiempo del parking también lo hemos excedido, como se nota que ya no pertenecemos a esta ciudad. Hasta pronto, intentaré postear algo más en estos días.
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No sabes como te envidio ahora mismo… (envidia sana, eh?? xD) Me encantaría irme a Alemania, aunque sería más un viaje cultural y de aprendizaje del idioma (más que nada, porque lo necesito para poder sacar la única asignatura que me queda para terminar mi carrera… y, fíjate, es Alemán!!) pero… por qué mentir? también para conocer gente y conocer mundo… Quizá te topaste con una Alemania un tanto solitaria, que no se puede comparar con otras áreas del país… pero claro, si venías de estar en Barna… joder!!! eso si que es un cambio. Barcelona tiene algo que te hace querer repetir, volver a visitarla, caminar por sus calles y enamorarte de sus edificios, de su historia, de su gente… (mmmmmm, creo que me pasa lo mismo con Granada… pero si empiezo de hablar de esa ciudad con duende… creo que me extendería mucho, y no tengo afán de protagonismo XD)
Por cierto, me gusta mucho tu blog, aunque nunca antes había contestado a ninguna de tus entradas… creo que ésta me llegó…
Nos vemos por estos lares!!!