Las manifestaciones y los recuentos


Manifestación

Los números de las manifestaciones siempre han sido un tema de disputa. La organización suele tasar la asistencia en cifras desorbitadas; otros organismos harán un recuento mayor o menor, generalmente, dependiendo del grado de afinidad con las consignas de la manifestación; también hay algunos actores externos que contabilizan mejor o peor, y finalmente tenemos al Manifestómetro.

El ejemplo más reciente ha sido la manifestación del sábado, de esa gente que está en contra del derecho de las mujeres a decidir sobre la terminación de su embarazo. La organización, infló tanto las cifras que casi dan ganas de reírse. 2.000.000 de asistentes parecen el sueño húmedo de Rouco Varela, pero no se corresponden con la realidad. La Comunidad de Madrid, también parece tener problemas con las matemáticas porque 1.000.000 de manifestantes también son un dato desmesurado, aunque no me extraña que den estas cifras porque ya sabemos de que pie cojean.

A mi me gusta la claridad y rotundidad con la que lo exponen en el Manifestómetro: «los datos ofrecidos por la organización (el Foro de la Familia) y la Comunidad de Madrid son falsos«. Y no hay más vuelta de hoja.

Podrían cuestionar también los datos que dan en el Manifestómetro, pero creo que están avalados por su buen quehacer a lo largo de mucho tiempo. Además de que, a diferencia de la mayoría de medios, aportan algo más. Los responsables de este blog nos detallan sus cálculos y desglosan de forma bastante clara cómo obtienen sus cifras. Pero no contentos con eso suelen acompañar toda la información con  evidencias gráficas que nos permiten hacernos una mejor idea del número de asistentes real.

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La Reina Sofía deja caer caspa sobre el país


Con toda la caspa que ha dejado caer la Reina Sofía, en España parece que haya nevado. Yo diría que la Reina se ha alzado como la Sarah Palin española, sólo que la segunda hace más gracia, no se si debido a los tics del ojo. ¿Tendrá la Reina en su salón las pieles de los osos cazados por su marido el Rey? ¿El del oso borracho andará por ahí, a la vista de todos?

Que la Reina esté en contra del aborto parece lógico, porque de no estarlo, sobre todo a la hora de medir la posibilidad de abortar si se puede evidenciar que el retoño tendrá deficiencias mentales, las familias reales del mundo entero ya se habrían extinguido. Ya se sabe que tanta endogamia no produce precisamente genios. También puedo entender, desde el punto de vista real, que la Reina quiera que se enseñe religión en el colegio, ya que es en lo que, en última instancia, se basan para justificar el estar donde están. Los reyes siempre han jugado con el comodín de afirmar ser enviados divinos. Imaginen lo que pasaría si ahora de repente se volvieran todos ateos… Es un comodín demasiado bueno para perderlo sin luchar, o al menos eso debe pensar la Reina.

Lo que no entiendo es el problema que tiene la Reina con la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿No era griega? Grecia es el país de los filósofos y la sodomía. ¿Qué habría sido de los filósofos sin sus efebos? La Reina debería tener mayor predisposición que cualquier otro miembro de la casa real a ver la sodomía con total normalidad. Quizá tiene algún trauma. Posiblemente, en Grecia no se comiera una rosca, porque los hombres de las cortes estaban más ocupados persiguiendo efebos con el cuerpo cubierto en aceite haciendo lucha greco-romana, que haciéndole caso a ella.

En cualquier caso, con estas exclusivas declaraciones, la Reina ha entrado de lleno en el colectivo que tan poco parece gustarle, ya que igual que suelen hacer los miembros de este, ha salido del armario.

Un recorrido histórico por el control de la natalidad


Pasan los años y parece que no avanzamos. El tiempo vuela pero las mujeres todavía tienen que salir a la calle a reivindicar unos derechos que exigían hace más de 20 años. A mi me parece bastante lamentable que después de 20 años aún estemos en el mismo punto.

La Iglesia católica es tan obtusa en cuanto a comprensión, tan lenta en torno a la toma de decisiones y tan retrógrada en cuanto a sus directrices que da pena que aún existan personas que hagan caso a las normas que esta institución plantea, ya que han quedado obsoletas hace mucho.

Si nos embarcamos en la historia y pensamos un poco en el pasado, tenemos que algunas de las ideas de la religión cristiana tenían incluso su lógica. Los diez mandamientos por ejemplo, más que unos dictámenes religiosos, parecen unas directrices fundamentales que hacen posible la convivencia de un grupo más numeroso. Incluso la cuestión del celibato y el hecho de que el sexo estuviera permitido tan sólo en el seno del matrimonio, tenía su lógica.

Los pueblos nómadas ya practicaban cierto control de la natalidad o al menos un control poblacional ya que si el grupo se hacía demasiado grande, el desplazamiento y la búsqueda de alimento para subsistir se convertían en tareas más complejas y problemáticas. Por esta razón, muchas veces se practicaba el infanticidio, el cual solía consistir en abandonar al recién nacido.

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El derecho a decidir


Obispos

Desde que tengo memoria y conocimiento acerca de cuestiones como el aborto me ha sorprendido que una institución dominada por hombres, que además no pueden mantener relaciones sexuales, por lo tanto tampoco pueden dejar embarazada a ninguna mujer, de forma que tampoco deben saber prácticamente nada de las mujeres, ni de la maternidad y tampoco de lo que representa y supone tener un hijo, estén constantemente dando órdenes acerca de lo que las mujeres deben y no deben hacer con su sexualidad y con la decisión de tener hijos.

Para mi esto es como si yo que aparte de unos conocimientos muy básicos de química pretendiese decirle al colectivo de químicos cómo deben hacer su trabajo. La Iglesia no debería de meterse en temas de los que no tiene ni idea. Pero no sólo la Iglesia, en general considero que los hombres no somos quienes debemos y podemos decidir acerca de una cuestión como es el tener o no un hijo. Es la mujer la que pasa por todo el proceso de quedarse embarazada, el periodo de gestación y finalmente dar a luz, y por si eso no fuera suficiente, es la que en caso de que el hombre se esfume, algo no infrecuente, tiene que hacerse cargo de su descendencia, por lo tanto dejemos a la cuestión del aborto en manos de las mujeres, dejemos que puedan decidir.

Yo considero que en un país democrático el aborto debería de ser legal para que las mujeres puedan decidir libremente sobre la cuestión de tener un hijo, que no es moco de pavo.

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