Cuando uno lee lo siguiente se plantea unas cuantas cosas:
Las Islas Canarias cuentan con 22 campos de golf: deporte que sólo practica el 1,1% de sus visitantes. Estos hechos dejan claro que la oferta turística en las islas no debe crecer en cantidad, sino en calidad.
Recientes informaciones me han permitido saber que el turismo de golf, en las islas no es que sea precisamente el que más dinero deja en la isla. Podemos decir que la población local no percibe demasiado, a cambio de lo que supone la conservación, mantenimiento y demás, de estos campos de golf en unas islas tan necesitadas de agua.
El turista de golf muchas veces incluso paga a empresas en el extranjero que son las que le reservan los días y horas para jugar y hacer unos cuantos hoyos. De ahí que en realidad, en la isla queda muy poco. Tampoco son personas que frecuenten los lugares aledaños a su hotel, tampoco suelen hacer excursiones ni visitar la isla. Tenemos por tanto un turista que juega al golf y en sus ratos libres permanece en el hotel.
Por otro lado tenemos en la isla de Tenerife tan sólo, unos siete campos de golf, quizá incluso me olvido de alguno. Si eso no es una barbaridad, con las carencias de agua que tenemos aquí. Los campos de golf suponen un gasto en recursos, sobre todo acuíferos de los que carecemos, tremendo. Pero no sólo eso, también son parte de la razón de la destrucción del litoral canario.
Creo que tiene poco sentido fomentar un turismo de golf que supone un porcentaje tan pequeño y que da tan poco a la gente local en general. Tampoco es necesario quitar todos los campos de golf, aceptemos que haya alguno, vale, pero los que hay actualmente son claramente demasiados. Y quizá también sería interesante promocionar un poco, a los turistas de golf, las islas para que salgan de los hoteles y repartan un poco de su dinero por los negocios contiguos al hotel, porque la gente del aire aún no puede vivir.