Esto de los días de es algo extraño, no terminan de convencer. Hoy es otro día de algo, en este caso día del libro. A pesar de que los libros son una de las mejores formas de distribución del conocimiento, un amplio sector de la población no sabe bien ni lo que son. Un estudio reciente determina que el 43,1% de la población, en este país, no utiliza los libros nunca o casi nunca. Esto significa que casi la mitad de la población, si usa un libro es para sujetar una mesa, para ponerlo en una estantería y así dar la apariencia de leído, para que no se vuele el mantel en una chuletada… en definitiva, usan el libro como un utensilio multiusos.
Yo creo que el problema está en que las editoriales no han sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Con las caratulas tan feas que le ponen a muchos libros, ¿cómo pretenden vender algo? La gente no mira el título y menos aún el contenido, eso explica que películas lamentables sean el número uno en las taquillas durante semanas. Lo que mira la gente es el cartel y por eso los libros no interesan, porque no tiene portadas que motiven.
Les daré un ejemplo ilustrativo acerca de cómo deberían ser las portadas de los libros para que la gente los comprase. Tomemos «El Capital» de Karl Marx. Lo más seguro es que si vamos a una librería encontremos este libro con una portada sosa en la que no hay más que letras, concretamente el título y el autor. ¿Quién se va a fijar en semejante mierda? La portada debería ser más cinematográfica, un Karl Marx con una cinta roja en la frente, con un cuerpo inflado de winstrol, un montón de granadas y balas colgadas alrededor de su pecho depilado, metralleta en mano y pisando la cabeza a un tipo con pintas de ejecutivo. Y con letras así muy llamativas debería de salir en portada, «El Capital«, con Karl Marx, el terror de los capitalistas. ¡¡¡Guau!!! Eso sí que sería un libro.