Descentralización energética


El otro día en otro post comentaba que hablaría sobre la descentralización energética. Aunque me hubiera gustado hacerlo antes, más vale tarde que nunca.

Para mi, uno de los principios más importantes del futuro que estamos construyendo es la descentralización. Construir un edificio con una única columna no solo otorga a esta demasiada responsabilidad, sino que además lo convierte en una construcción sumamente peligrosa, ya que si falla la única columna que lo sustenta todo, éste  se viene abajo. Si por el contrario tenemos una estructura que se mantiene sobre un montón de columnas, aunque una falle, las otras podrán mantener el peso mientras se resuelve el problema.

De la misma forma, más que le pese a las multinacionales dedicadas a la explotación y distribución energética, deberíamos poner fin a su hegemonía. Hoy en día ya es posible que cada casa, cada edificio, produzca al menos parte de la energía que consume, aunque es incluso posible crear edificaciones autosuficientes.

Yo considero que lo ideal es apostar por este principio, que edificios públicos y privados, casas y demás infraestructuras cuenten con sistemas de aprovechamiento de energías renovables. De esta forma generan su propia energía e incluso pueden distribuir energía sobrante a otros que en un momento dado no estén produciendo la suficiente. Quizá podríamos hablar de un P2P energético.

Esto tiene unas ventajas obvias, por una parte el empleo de energías renovables, lo que repercute positivamente sobre el medio ambiente y podría ser un freno considerable al calentamiento global y el cambio climático; por otra supondría una reducción de costes energéticos a largo plazo, y además daría lugar a un mejor aprovechamiento de la electricidad, ya que en los largos trazados de tendido eléctrico se pierden gran cantidad de energía, la resistencia del propio cableado hace que a mayor distancia mayores sean las pérdidas. Si se produce la energía en un edificio, por ejemplo, y esta energía abastece al mismo, esta recorre el camino más corto, la energía que se pierde es muy reducida.

Es evidente que serán necesarios puntos de refuerzo, pero en gran medida con un sistema de abastecimiento energético descentralizado y autosuficiente en muchos casos, no solo se beneficia el medio ambiente sino también el propio sistema de distribución y consumo energético. Si una central eléctrica falla, se para la ciudad, con un sistema como el propuesto, si un edificio tiene un problema puntual, el resto no se ve afectado, incluso todos aquellos puntos cercanos que estén generando un exceso de energía pueden ceder parte de esta y así, el edificio en cuestión puede funcionar con normalidad mientras se resuelve el problema.

Yo creo que el proceso descentralizador es una manera excelente de que no solo mejoremos aspectos actualmente muy perjudicados por la acción del hombre, sino que además es una forma de recuperar un poco de autonomía, romper algunas ataduras a un sistema que parece empeñado en centralizarlo todo para su pertinente aprovechamiento económico y el consecuente robo al consumidor.

Unos pocos días para salvar el planeta


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Me ha gustado este vídeo sobre el cambio climático, tanto en cuanto al aspecto gráfico, del diseño y ejecución del mismo como por la contundencia final del mensaje.

No se si será posible de medir con tanta precisión, pero sin lugar a dudas el ritmo de destrucción y contaminación del planeta no puede continuar y realmente creo que debemos comenzar a tomar medidas drásticas cuanto antes porque las medias tintas no sirven para reducir los efectos que generarán nuestras acciones.

El Día de la Tierra y lo que hacemos con ella


Móviles

Ayer fue el Día de la Tierra, un día prácticamente hipócrita si pensamos que durante años hemos ignorado todos los síntomas que presentaba nuestro planeta, ese pequeño punto azul, insignificante en el espacio infinito pero de relevancia absoluta para nosotros, ya que sin él tampoco estaríamos nosotros. Por una parte me alegra que al menos haya un día en el que tratemos de recordar que la Tierra está ahí, que necesita ser cuidada y que es tarea de todos hacerlo. Pero por otra parte me molesta que con crear un Día de la Tierra está todo solucionado, que por reciclar dos botellas de vidrio limpiemos nuestra conciencia y pensemos que nos podemos olvidar de todo hasta el año que viene.

Muchas veces lo pienso y llego a la conclusión de que los seres humanos somos un organismo despreciable, porque no respetamos nada. Somos demasiado arrogantes para aceptar que estamos destruyendo aquello que nos da la vida. Nos quejamos de lo terribles que son algunas enfermedades cuando nosotros no somos más que otra enfermedad. Somos un cáncer con cáncer. Lo peor es que en muchas ocasiones ese cáncer se debe a nuestras creaciones, a nuestras acciones, así somos nosotros mismos quienes nos condenamos a muerte, y aún teniendo la evidencia tan cerca, seguimos sin hacer caso, seguimos cometiendo los mismos errores día tras día. Hemos despertado a la bestia.

Es una pena ver como pisamos la tierra con arrogancia, creyéndonos dueños y poseedores, cuando no somos más que una insignificante masa animada que ha tenido la suerte, para desgracia de la tierra, de desarrollarse en un planeta que ha permitido nuestra forma de vida.

Mi deseo sería ver que por fin aprendemos, que cambiemos el carbón por el viento, el petróleo por el Sol, el gas por el hidrógeno. Me gustaría vivir en un mundo con menos envases, con envases reutilizables, reciclables, biodegradables. En un mundo sin basura, porque nada sea para tirar, porque todo se pueda reutilizar. Quizá un día sea así, espero que las intenciones no lleguen demasiado tarde para poder lograrlo.

Mientras tanto, tendremos que seguir viendo imágenes tan impresionantes a la vez que alarmantes como las que comparte con el mundo el fotógrafo Chris Jordan.

Cargadores

La vida en islas: un duro achaque al medio ambiente


El otro día andaba pensando en la vida en las islas, y de cómo generlamente éstas no son capaces de producir los recursos necesarios para abastecer a todos sus ciudadanos. A esto hay que sumar que generalmente no poseen puntos de extracción de combustibles fósiles, aún principal fuente de energía (por desgracia), lo que hace aún mayor la dependencia del exterior. Así tenemos unas islas, más o menos densamente pobladas que suponen un tremendo achaque al medio ambiente, ya que casi todo debe ser llevado hasta allí, con la consiguiente contaminación por el transporte.

Es evidente que en nuestra sociedad actual, el transporte de mercancías de un lugar a otro es una cuestión generalizada, sobre la que se está discutiendo muchísimo ya que, efectivamente, tiene una repercusión muy negativa sobre el medio ambiente, el cual ya está sufriendo desde hace años más de la cuenta. La diferencia entre continentes e islas es que en el continente cabe la posibilidad de utilizar un medio de transporte más ecológico, el tren. Este medio resulta muy interesante tanto para el transporte de personas como de mercancías.

Para llevar mercancía y personas a las islas, de momento solo se puede hacer uso del barco y del avión, ambos altamente contaminantes. Si a esto sumamos que muchas de las islas europeas son destinos turísticos con bastante notoriedad, los movimientos se acrecentan aún más, ya que toda esa cantidad de turistas deben llegar hasta las islas, para ello recurren mayoritariamente a los aviones, y también será necesaria una mayor entrada de mercancías para abastecer a toda esta población adicional.

Probablemente esta reflexión pueda molestar a algunas personas, pero creo que siendo coherentes no es difícil darse cuenta que viviendo en islas se le hace un flaco favor al medio ambiente.

Claro que podría reducirse este desgaste medioambiental y este masivo aporte al calentamiento global y el cambio climático. Ya el otro día el presidente de Foundation on Economic Trends y experto en la energía del hidrógeno, Jeremy Rifkin, afirmó que «Canarias es la Arabia Saudí de las energías renovables y puede ser un modelo para el resto del mundo creando empleo y oportunidades», ya que, a su juicio, nunca ha visto «un sitio tan idóneo como las Islas para apostar por las energías renovables». Yo también lo creo y me parece lamentable que no se apueste más por ellas en un enclave con unas condiciones ideales para hacerlo. Evidentemente esto cambiaría bastante la cosa, pero aún quedarían los problemas de abastecimiento y transporte.