Ayer fue un día triste. Ayer el mundo compartió el dolor de la pérdida de un icono tan grande de nuestra era, que era difícil no sentir como se desmoronaba algo dentro de todos nosotros.

De niño escuchas la música que escuchan tus padres, yo tuve la fortuna de que mis padres escuchar mucha buena música, aún así, cuando comencé a desarrollar mi gusto musical propio, las dos primeras cintas que tuve fueron de Michael Jackson. No se exactamente con qué edad, pero mi primera cinta fue «Bad» y algo después me regalarían «Dangerous«. Tendría unos siete u ocho años cuando descubrí a Michael Jackson.

Ya en los setenta Michael era una estrella, pero al ser un hijo de los 80, yo lo descubrí en aquel entonces, en los años 80 y 90, años en los que su carrera se elevó a un grado de éxito tan absoluto que se puede decir que era conocido y amado en el planeta entero.

Me acuerdo de estos tiempos en los que sentía la fuerza de Michael Jackson a través de los altavoces del coche y en los auriculares de mi walkman. Auriculares que hoy en día nos generan absoluta risa, endebles, con una fijación malísima y terriblemente feos, aún así Michael Jackson te hacía vibrar como ningún artista consigue hacerlo en la actualidad.

Como si la música no fuera suficiente para dejarte sin aliento, escuchando anonadado, alucinando con que alguien hiciera algo que sonase tan jodidamente bien, Michael Jackson nos mostró unos pasos de baile que no podían ser de este planeta, no podía ser un ser humano normal y corriente como el resto de mortales y hacer algo tan espectacular, algo que hasta entonces no se había visto nunca antes y se puede decir que tampoco se ha vuelto a ver; pero es que eso tampoco le bastaba al que irremediablemente hubo que alzar al trono de la música pop, además de todo eso, Michael nos mostró algo que cambiaría el entretenimiento de forma radical, el videoclip. Cierto que ya hubo videoclips antes de los suyos, pero en realidad es casi mejor olvidarlos, porque después de ver en lo que el rey del pop convirtió el videoclip, todo lo que se hizo antes, y gran parte de lo que se hizo después se rebaja a un grado que roza la ridiculez.

Con «Thriller» el más famoso del clan de los Jackson destrozó todos los esquemas de lo que hasta ese momento se había conocido. A día de hoy sigue siendo el album más vendido de la historia.

Michael Jackson nos hizo creer en la magia, nos hizo soñar con que quizá algún día al pisar las baldosas de las aceras se iluminarían a nuestro paso, que podríamos desaparecer y convertirnos en granos de arena, bailar con zombies, convertirnos en hombres lobo, desafiar a las leyes de la gravedad…

Michael Jackson fue el ídolo de prácticamente todos los niños de los 80 y también de otros muchos. Él fue quien abrió las puertas a los artistas afroamericanos, hizo que la MTV se convirtiese en lo que fue, revolucionó la industria del entretenimiento y consiguió hacer cosas tan adelantadas a su tiempo que aún en la actualidad no hay quien le iguale.

Yo no pensé que perderíamos a alguien que significó tanto en mi infancia y adolescencia tan pronto, y menos pensé el jueves que por la noche llegaría a casa y leería que habíamos perdido a la figura más grande de la música de nuestro siglo.

Michael Jackson era un artista tan completo, que es muy difícil no darse cuenta de que su legado es tan grande y tan importante para el arte tal y como lo conocemos hoy en día, que es normal que se haya ganado a pulso varias páginas en la historia de la humanidad.

Hay pocos artistas que serán recordados por siempre, hay pocos artistas que se puede decir que vivieron en un tiempo de la historia, pero hacían cosas dignas de un futuro muy lejano, hay pocos artistas que han influido tanto en el panorama musical y en la cultura pop, Michael Jackson es un claro ejemplo de todo esto y de mucho más.

Pensando en todo lo que aportó Michael Jackson a mi vida personal, recuerdo con mucho cariño el videojuego de Michael Jackson de «Moonwalker» que había en las salas de máquinas. De niño, Maiquel, Rubén, Yasset y yo siempre subíamos a Adeje pueblo, y jugábamos en la máquina que tenía exactamente cuatro controles, durante un rato nos convertíamos en Michael Jackson, uno vestido de blanco, otro de negro, otro de rojo y otro de azul, cogíamos a Bubbles, nos convertíamos en robot, y acabamos con todos los malos. En un día como hoy parece una desagradable coincidencia, ya que Maiquel también nos dejó demasiado pronto, pero siempre le recordaré con mucho cariño, y recodaré siempre nuestras tardes de juegos y todos los buenos momentos, siempre recodaré que gran grupo de amigos fuimos los cuatro.

Ayer lamentamos la muerte de Michael Jackson, hoy debemos dar gracias por todo lo que nos ha dejado, hoy debemos dar gracias porque su música, sus vídeos, su baile… todo su arte estará con nosotros para siempre. ¡Gracias Michael por todo lo que nos has dejado y por todo lo que me aportaste a mi personalmente!

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