El racismo es, desgraciadamente, un fenómeno aún muy frecuente, es una realidad, incluso en ocasiones es un realidad soterrada, de la que las personas no se dan cuenta, en ocasiones se puede tener un prejuicio racista sin ser siquiera consciente de ello, incluso sin que el resto de las personas se den cuenta porque no se suelan dar las circunstancias para que salga a la luz.
Hace no mucho, una universidad hizo el experimento y creó una especie de juego en el que se mostraban personas, blancas y negras, armadas y sin armas, y se medía el tiempo de reacción ante cada persona a la hora de dispararles o de dejarles con vida en caso de no estar armados. Se llegó a comprobar que la gente dudaba un poco más a la hora de no disparar a un hombre negro no armado que a uno blanco, y de la misma manera disparaban más rápidamente a un hombre negro armado que a una blanco. Seguramente, un gran número de personas que hizo este test quedó impactada por sus reacciones, cuando se consideran incluso enemigos del racismo. Esto sería un claro ejemplo de ese racismo soterrado que en un momento dado puede emerger y salir a la luz.
Precisamente, para aquellos casos en los que ese racismo sale a flote, y tenemos oportunidad de hablar con la persona que ha exhibido su racismo, en un momento determinado, es conveniente recordar lo que se expone en el vídeo que hay sobre estas líneas. Es importante resaltar este acto de racismo y no discutir sobre si la persona es o no racista.
Vía | Eduardo Arcos