Políticos bien alimentados niegan el mismo derecho a millones de personas. Ese creo que es el titular perfecto para hablar de la cumbre del G-8. Con el estómago lleno, la crisis de los alimentos se ve de otra manera. Así fue el menú de la cena de gala de la cumbre del G-8: Ocho platos, con 19 variedades culinarias preparadas por 25 cocineros, se sirvieron en la cena del G-8 en el hotel Windsor, de la isla Hokkaido. Seis caldos de Japón, Francia y California completaron el suculento banquete en festejo de las “Delicias de la tierra y el mar«.