Como si ser violada no fuese ya suficientemente horrible, en Afganistán, muchas mujeres, víctimas de semejante atrocidad, terminan además cumpliendo condena en cárceles de características infrahumanas. Dos tercios de las mujeres encarceladas en Lashkar Gah han sido condenadas por mantener relaciones sexuales ilegales, pero la mayoría de ellas son víctimas de una violación. Aún queda tanto por hacer.