ETA quería acallar a El Correo con una bomba en la rotativa, pero no lo consiguieron. Afortunadamente sólo hay que lamentar daños materiales ya que no ha habido heridos a pesar de que a la hora de la explosión había 50 trabajadores en el local.
Hoy, y como muestra de la repulsa por las acciones de los asesinos de ETA, Martín Varsavsky promueve las visitas contra las bombas, propuesta a la que me sumo con este post. Se trata de que El Correo reciba el mayor número de visitas posible. De esta forma, el día del atentado se convertirá en el día en el que más personas lean este periódico, al menos en su edición digital. Súmate a esta iniciativa y visita El Correo.
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