En la Universidad de Verano de Adeje, uno de los cursos que hice se llamaba «Migraciones, Codesarrollo y Ciudadanía: ¿otro mundo es posible?«. Dicho curso tengo que decir que me encantó, no sólo porque entre los ponentes estaban dos de mis profesores, Blas Cabrera Montoya y Fernando Estévez González, los cuales dieron unas charlas brillantes, sino porque el coordinador del curso Javier Marrero Acosta hizo lo que siempre he echado en falta en este tipo de eventos, contar con la presencia de quienes ven el fenómeno de la migración y de los problemas para el desarrollo cada vez que miran por la ventana, en este caso con la presencia de ponentes africanos. Así que tuvimos el privilegio de escuchar a Mamadou Cheik Agne, Secretario ejecutivo de ASCONDE de Senegal; Bhahim Ould Ahmed, Técnico de cooperación del Ayuntamiento de Nouadhibou de Mauritania; Amadou Sidibe, Consejero pedagógico del CAP (Centro de Animación Pedagógica) de Lafiabougou, Bamako de Mali y a Abdoulaye Sène, Presidente de la región senegalesa de Fatick.
Lo que se reiteró en varias ocasiones es que tantas ayudas que se prometen para África, y la realidad es que la gran mayoría de éstas no llegan, y si llega al menos una parte, muchas veces son entregadas a unos dictadores que harán cualquier cosa con el mismo menos beneficiar a su pueblo. Se comentó también que en las diversas reuniones de los G8 se han prometido siempre fondos para impulsar el desarrollo de África, de las cuales la mayor parte jamás ha llegado a su destino. Esto generó en mi una angustia tremenda, porque aunque ya era algo que sospechaba, no había recibido hasta entonces información clara de que esto fuera así, porque evidentemente esto no es algo que interese que se sepa en el mundo «desarrollado«.
Esto, unido al hecho de que África no podrá desarrollarse debidamente mientras lo único que hagamos sea enviarles paquetes de comida, en vez de darles los medios para que ellos mismos puedan cultivar y abastecerse en todos los sentidos. Esto evidentemente es un truco, ya que si envías alimentos, por un lado quedas bien y te puedes decir a ti mismo que eres un sol de persona, pero a su vez mantienes a África en la más extrema dependencia de occidente y otras regiones del mundo. Mientras que si se donase la infraestructura necesaria para todo tipo de actividades y se enseñase a los africanos a hacer un uso correcto de la misma, esto dejaría de ser así, lo que por otra parte parece no interesar a muchos. También habría que tener en cuenta la actividad nefasta para África del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, pero es una cuestión que ya he tratado en varias ocasiones y que además requeriría un análisis aparte.
A lo que yo quiero llegar es a la idea que tuve visto lo visto. Yo propongo que en vez de que los países europeos, Japón y Estados Unidos prometan constantemente unas ayudas de cantidades de dinero impresionantes que nunca llegan, me parece que sería mucho más interesante que debido a la fuga de cerebros del continente africano, y al exceso de todo tipo de licenciados y diplomados de las más diversas carreras que tenemos al menos en Europa, nuestros estados contratasen a estas personas y las enviasen a dar clases, a África. De esta forma el Estado ahorraría dinero, ya que estoy seguro que contratar a profesionales sale más barato que destinar no se cuanto dinero que luego desaparece como por arte de magia, muchas personas que hayan cursado estudios universitarios tendrían un trabajo, además de lo que han estudiado, y África tendría gratis la mano de obra de unos profesionales que tanta falta le hacen a los países del continente que nos dio la vida, ya que allí, tal y como descubrimos en el curso, hay tan pocos profesores que dar clase se convierte prácticamente en un imposible.
Yo expuse esta idea en el curso, y la verdad es que gustó tanto a los ponentes como a algunos de los asistentes al curso que se mostraron interesados por el mismo, ya que desgraciadamente hay que decir que había muchos allí que sólo estaban sentados en las sillas para obtener sus dos créditos de libre configuración, importándoles bien poco la temática del curso en sí. Ya hay algunos profesionales que van a África, todo sea dicho de paso, pero a lo que yo me refiero es a algo mucho más grande, algo que realmente tenga un impacto en la sociedad africana, porque cuatro personas que han cursado estudios universitarios repartidos por un continente tan inmenso son algo inapreciable prácticamente.
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