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Vi «La pelota vasca» en su momento, en el cine Aguere, el cine lagunero que ha caído en desuso como prácticamente cualquier instalación cultural de la ciudad universitaria. Recuerdo que esta película esta en boca de todos, y viéndola ahora de nuevo, años después, todo sigue prácticamente igual, la problemática con el País Vasco no ha cambiado prácticamente, o al menos a mi me lo parece.
Yo como ya viene siendo habitual, no concibo el mundo de forma nacionalista, y por ello rechazo el nacionalismo por ver en él un poderoso e igualmente peligroso mecanismo de rechazo, de xenofobia, de exclusión, diferenciación, etc. Con esto evidentemente no hablo del nacionalismo vasco en particular, sino del nacionalismo en todas sus facetas, sea vasco, español, catalán, canario, irlandés, inglés, escocés… Toda idea nacionalista alude en mayor o menor a cuestiones altamente conservadoras, así como a aspectos diferenciadores, aspectos que nos convierten a los unos en diferentes de los otros y por tanto el nacionalismo es, aunque una idea ciertamente bastante joven, un sobrante de la mentalidad neandertal en la que era preciso identificar al otro ya que ese otro era un enemigo en potencia.
En la actualidad, el simple hecho del aumento de los movimientos migratorios de todo tipo deberían de ser razón suficiente para comprender que el nacionalismo es una ideología que ha quedado obsoleta, es una mentalidad cuya fecha de caducidad hemos sobrepasado desde hace tiempo y aún así nos seguimos comiendo el alimento putrefacto, por lo que es normal que el nacionalismo nos sienta mal, nos produzca vómitos a los unos y diarreas a los otros.
En «La pelota vasca» aparecen algunos matices que me gustaría comentar, y desarrollar algunas ideas propias sobre éstos. Un argumento de uno de los entrevistados me hizo mucha gracia y fue el de quien decía que en el País Vasco no retransmitían los discursos del Rey y tampoco izaban la bandera española y que eso complicaba mucho las cosas. He de decir que esto es tan ridículo que me pareció que el director del documental quería añadir un toque de humor a este film que inevitablemente transpira tragedia. La verdad es que entiendo perfectamente que los vascos no emitan los discursos del Rey, yo en todos los años que llevo viviendo en este país no he visto ni uno, tan sólo fragmentos en programas de humor en los que hacían algún tipo de chiste o burla, y con tan sólo eso ya he podido comprobar que dichos discursos no sólo carecen de interés alguno, sino que además son insoportables y aburridos, creo que en realidad en el resto de la geografía estamos envidiosos de que los vascos no los tengan que ver. En cuanto a lo de la bandera, yo es que dado que me opongo al nacionalismo, también me opongo a cualquier simbología que aluda al obsoleto nacionalismo. Animaría por tanto a los vascos a no sólo no izar la bandera española sino a no izar banderas en absoluto. Yo soy partidario de que deberíamos de quitar todas las banderas de sus astas y no volverlas a izar nunca más.
Otra de las ideas que se mencionaron fue la de definir España como un Estado con diversidad de naciones, ya que sólo de esta forma se podría comenzar a resolver la cuestión vasca. Yo personalmente no veo el problema, sobre todo porque no veo la ventaja de ser nación, quizá los políticos y algunas figuras que detentan el poder obtengan alguna ventaja, pero para el pueblo llano dudo mucho que cambie nada. Ya lo he dicho muchas veces, y lo seguiré diciendo, históricamente podemos observar que el nacionalismo y esas supuestas tradiciones que tanto defiende el nacionalismo y con tantas ansias quiere conservar, son creaciones de los poderosos, de los que explotaban a nuestros antepasados. La gente, el pueblo, vivía precisamente así, en un pueblo, la identidad nacional fue creada para que les fuera más fácil a los poderosos controlar a la gente, y las costumbres que tanto se defienden son las costumbres de los ricos, prácticamente en ningún caso las de los pobres y trabajadores, que por otro lado siempre han sido mayoría. Yo por tanto no entiendo esa cuestión de que si somos nación o no lo somos, ¿qué más da? Y por ende, ¿qué más da decir que los vascos son una nación? Si algo que no es más que una idea caduca en un mundo que cada vez más es una mescolanza de gentes provenientes de todas las zonas geográficas del mismo, hace feliz a un colectivo, pues adelante, a mi personalmente no me genera ningún problema en decir que los vascos son una nación, quizá incluso el no entender para qué quieren definirse de esta forma me lo haga aún más fácil. También decir que yo apoyo totalmente la petición del pueblo vasco a que les pregunten en referéndum qué es lo que quieren ser, si una autonomía, un país independiente, una comunidad autónoma de España… Democracia es poder del pueblo, pues hombre, ya va siendo hora de que dejen que el pueblo se exprese, porque ni los políticos españoles, ni los vascos, ni tampoco ETA deja hablar realmente a quienes importan, la gente.
Yo estoy tan desconectado de estas cuestiones identitarias vinculadas al nacionalismo que realmente he de decir que no lo comprendo. Yo voy incluso hasta tal extremo que si ahora me dijesen que van a sustituir el español por el catalán por ejemplo, pues me daría igual, aprendería catalán y ya está, ¿que problema hay? Lo único es que tanto con el vasco, gallego, catalán y demás idiomas minoritarios lo que ocurre es precisamente eso, que son minoritarios, y por ello, generalmente suele ser más fácil que en dichas regiones se aprenda la lengua mayoritaria, que que la mayoría aprenda la lengua minoritaria, esto por otro lado no quiere decir que no se mantenga dicha lengua minoritaria. Me explico, yo no vería ningún problema en que los vascos, catalanes, gallegos y demás dieran sus clases, todas en su lengua, lo único es que yo les recomendaría que diesen pues como el inglés, también el español, por una sencilla razón, si un día quieren salir de su región y no saben español lo van a tener bastante más complicado que si lo aprenden desde pequeños. Y es que a diferencia de otras personas, yo no quiero aislarme, no quiero reducir mi ámbito a una pequeña región, yo aspiro a entender a la mayor cantidad de gente posible, por eso me alegra saber 3 idiomas y por eso aspiro a aprender aún más. Pero si tomamos el ejemplo del chino, un idioma que de una región a otra varía tanto que entre ellos no se comprenden, nosotros, si por cuestiones de trabajo vamos a aprender chino, no vamos a aprender el chino de una región remota que hablan 20 familias, porque por extensión sólo nos podremos comunicar con los miembros de esas 20 familias, lo que haremos será aprender el mandarín seguramente que es el que nos permite entendernos con un mayor número de personas. Evidentemente eso les da una cierta ventaja a la mayoría y perjudica a la minoría, pero es inevitable. Y además, si se hace bien, dicha desventaja es fácilmente subsanable. Miren los hijos de familias indias migrantes por ejemplo, yo tengo varios amigos indios, y conozco a otros tantos, y casi todos han llegado a la universidad, y eso que muchas veces los padres el español no lo hablan demasiado bien. Mis padres mismo hablan español, pero no tan bien como es preciso para ir a la universidad, y no por ello yo me he visto más impedido o con problemas para aprender el idioma.
Yo estoy de acuerdo con lo que decía uno de los entrevistados, un autor que escribe en euskera, y él decía que lo pequeño tiende a desaparecer, y aunque pueda parecer triste, es el ciclo de la vida, es inevitable, es natural y forma parte de nuestro mundo. Y es que es lógico que por ejemplo, los jóvenes indios muchas veces ya no sepan muy bien el idioma de la zona originaria de sus padres, y cuando estos a su vez tengan hijos, seguramente éstos ya no tengan ni idea de la lengua de la región de sus abuelos, y podríamos preguntarnos ¿es eso necesariamente malo? Yo creo que no, no es ni malo ni bueno, simplemente es una realidad y un proceso lógico, porque ¿para qué voy a aprender un idioma que apenas voy a utilizar? Si yo sigo viviendo en España, supongamos, y un día tengo un hijo o una hija, quizá por las cuestiones del turismo sería interesante enseñarle el alemán, pero seguramente lo hablaría fatal, porque realmente ¿con quién lo practicaría? Conmigo y ya está, quizá alguna vez que vinieran mis padres de visita, pero de resto… Si ya a mi me cuesta decir muchas cosas en alemán porque apenas lo hablo, imaginen lo que les costaría a mi hijo/a. Pero eso no es una tragedia, es algo que pasa.
En definitiva, y después de todo este rollo que ya no se siquiera si tiene mucho que ver con «La pelota vasca«, quisiera concluir diciendo que para mi, y bajo mi punto de vista, tanto el Estado español tiene que comprender que los vascos quieren algunas cosas (derechos, concesiones… lo que sea), pero también creo que la vertiente independentista del País Vasco debería comprender que en un mundo que tiende cada vez más a la interculturalidad, a la mezcla, a la interconexión del mundo en su total extensión, ese nacionalismo que busca una especie de conservadurismo de un pueblo, de unas características, de unas tradiciones, etc., es prácticamente imposible de lograr, al menos no en ese estado puro e inamovible que se pretende, y es que las culturas y las tradiciones han ido cambiando siempre a lo largo de la historia y además necesariamente, y si a esto le sumamos el creciente flujo de personas que existe en la actualidad, dicho proceso incesante de cambio, modificación, alteración, etc., se acelera aún más, y a mi personalmente me parece maravilloso, porque a diferencia de lo que preveía Otegi en este documental, un mundo según él aburrido ya que todos hablaremos inglés y estaremos sentados delante del ordenador, yo veo el futuro del mundo interesantísimo, y es que más bien va a ser todo lo contrario y es que no tendremos ni tiempo para aburrirnos. Y además, si para que vivamos en paz de una maldita vez tenemos que hablar todos en inglés, o inventarnos un idioma nueva para hablarlo en todo el mundo y así de una vez por todas comprendernos, pues que así sea.
Por si a alguien no le ha quedado claro, yo soy de la opinión que el nacionalismo es una mierda, porque si no hubiera ni nacionalismo español y tampoco nacionalismo vasco, el problema seguramente entre las dos regiones no existiría. Y es por esa razón por la que rechazo el nacionalismo, porque lo único que genera es división, lucha, guerra, diferenciación, exclusión, rechazo,etc., en vez de comprensión, diálogo y entendimiento.
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