Ya el nombre de Semana Santa me genera una sensación desagradable, demasiado religioso para mi gusto. Además es una semana que no tiene nada de alegre, más bien dan miedo las representaciones y eventos que toman las calles. Procesiones aburridísimas, cruces, gente crucificada, sangre, sudor, lágrimas, dolor… Y luego por si fuera poco lo sazonan todo con toque especial de gore que tanto le gusto a los católicos. No nos olvidemos claro de la peña encapuchada con gorros de Ku Klux Klan, que la verdad es que los veo y se me ponen los pelos de punta, siempre pienso que salen a la calle para quemar a alguien.
La verdad es que tengo muchísima suerte siendo hijo de alemanes, además de ateos, ya que para mi esta época del año se llama Ostern, y mis padres me escondían cestas con huevos duros pintados de colores alegres, huevos de chocolate, huevitos Kinder Sorpresa, judías de golosina y un largo etcéra por la casa, o cuando vivíamos en la caravana, incluso en una ocasión entre hierbas y arbustos en una zona preciosa de Gran Canaria. Y yo, tenía que buscar esas cestas que me había dejado el Osterhasse.
Me llama la atención como se pasó de una celebración pagana, que trataba de dar la bienvenida al buen tiempo, a los días más largos, al calor, así como celebrar la fertilidad, etc., fue abordada por la religión cristiana y ahora han convertido estos días de alegría en días de tragedia y oscurantismo.
Yo me quedo con el recuerdo alegre que tengo de Ostern, y con el conejito que me trae huevos duros y chocolate, y me quedo con el hecho de celebrar que por fin viene el buen tiempo, y que los días son más largos, porque ciertamente, el horario de invierno a mi siempre me trae por el camino de la amargura, eso de que sea de noche tan temprano me amarga la existencia. Así que yo, como no creo en ningún tipo de deidad, no me va el gore y tampoco los espectáculos de terror, el Ku Klux Klan tampoco, me decanto por celebrar esto, la fertilidad, la llegada del buen tiempo, los días más largos…
Por cierto, en esta ocasión esta semana nos ha dejado una imagen muy divertida, los del Ku Klux Klan marchando en su procesión y al fondo se ve un cartel gigante que supongo que a estas alturas nos sonará a todos.
Lo peor es que los que se ponen el sombrerito en semana santa, entonan los cánticos, lloran al ver a la virgen y demás, son luego los que ven por la tele la peregrinación a la Meca y dicen «uy… estos fanáticos islámicos…que atrasados están».
Aunque rectifico, eso no es lo peor. Lo peor es que durante una semana, uno pone la televisión para ver el telediario y parece que el mundo se ha parado por las dichosas procesiones de semana santa.
Para mi no hay mucha diferencia entre una procesion y un concierto de Marilin Manson, se trata en ambos casos de un espectaculo grotesco que hiere la sensibilidad, aunque el segundo es una parodia y el primero es tan serio para algunos… Los veo extasiados contemplando el rostro masoquista de jesucristo y me pregunto si acaso glorifican el sufrimiento. Tal vez por eso prefiero el carnaval.
Pablo, no puedo más que subrayar eso que dices de la televisión, menuda pesadez, ¿es que nos quieren meter las procesiones con calzador?
Bentor, realmente da hasta miedo ver ese rostro extasiado, ver a la gente llorando y de todo, no se, me da como miedo ver el fanatismo de algunas personas.
Realmente es muy llamativo que siempre se ve la paja en ojo ajeno pero no la viga en el propio, como bien dices Pablo, y llama la atención que lo que se le recrimina a unos, luego parece tan normal cuando lo hacen los «de casa».