Mientras tú te deprimes yo me hago más fuerte. Mientras tú ahogas los días en el fondo de un vaso, yo alimento mi mente con conocimiento. No me gusta aniquilar neuronas, prefiero mimarlas para conservarlas. No tartamudeo, hablo con seguridad porque hablo de lo que se y escucho cuando desconozco. Me sobra autoestima, no es arrogancia, es la vida que me ha hecho inmune a la estupidez.
Para mi nada ha sido fácil. La historia me ha obligado a ser un guerrero. Probando aleaciones para construir la armadura perfecta. La empuñadura de mi espada está hecha a medida. Me cansé del abuso, de pelear contra la ineptitud. He experimentado demasiadas veces la violencia del rechazo. El dolor del engaño. He derramado demasiadas lágrimas por repartir altruismo en un mundo plagado de egoístas. Pero de las semillas del dolor han brotado árboles de troncos imponentes y ramas robustas.
He experimentado demasiadas veces la soledad como para temerla. Desde niño lleno libretas con cartas para mi, es una conversación que se sucede durante décadas. Doy cada paso con firmeza, no me achanto. Pero sigo humilde, porque soy consciente de mi desconocimiento.
Me levanto cada día como si fuera el último. No quiero ver que pasan los días sin valorar la unicidad de cada uno. No quiero atenuar el dolor con sustancias para mendigos emocionales. Solo el que aguanta la caída más dolorosa sabe valorar la carcajada más sincera. Todo lo que siento es real, sin intermediación.
Antes sufría cuando descubría que mi amistad no era correspondida de la misma manera. Ahora se que siempre seré el que más sentimiento pone en la vida. Vivimos en un mundo de avaros, por eso tampoco son generosos con los sentimientos. Demasiado cortés para una sociedad que considera obsoleta la cortesía. Pero me niego a dejar de lado los valores que valoro. Puede que sufra más que el que pisa con la arrogancia que otorga el desprecio más absoluto. Nadie dijo que fuera fácil. Pero aún confío en que puedo contagiar a otros. Mientras el mundo siga envuelto en este mantón oscuro yo seguiré rasgando la tela para hacer pequeños agujeros que dejen entrar la luz.
Para bien o para mal soy muy diferente al resto. Por eso en algunas reuniones incomodo, a la gente no le gusta tener a un elemento que introduce heterogeneidad en el grupo. La mayoría ansía la homogeneidad, les proporciona seguridad, esa ansiada comodidad. Por eso siempre termino haciendo las cosas por mi cuenta. Porque mientras otros recorren el mundo sin presenciarlo a mi me estimula la realidad. Soy un apasionado de la vida.
Me agotan los que solo quieren rodearse de lameculos. Cansado de esa gente que solo se preocupa por la apariencia física, descuidando su personalidad, penosa. Gilipollas que van por la vida de poderosos, intentando aparentar ser super duros, super chulos, que entrenan delante del espejo cada pose. Lo bonito está precisamente en la imperfección de la realidad, todo lo demás es una caricatura animada.
Nos han enseñado a maravillarnos con los paquetes grandes, pero los mejores regalos que nos da la vida están en cajas pequeñas. Por eso pasan desapercibidos para muchos. Solo vemos lo que queremos ver, y si te despistas no verás las flores que se abren paso entre el cemento.
Abre los ojos y no te pierdas tu vida, no querrás verte al final del camino y no saber como has llegado hasta allí.