Sistemas distribuidos: la lucha contra el poder


Aprovechando que el otro día hablamos de la descentralización, aunque como bien nos hizo saber Sergio, en el caso del sistema energético que proponíamos lo correcto es hablar de un sistema distribuido, hoy me gustaría ver esta idea en relación con otros aspectos.

Ya Montesquieu entendía y exponía la importancia de la separación del poder. Con el fin de evitar que todo el poder sobre una nación recaiga en una única persona o un reducido grupo, es imprescindible que haya una separación de poderes.

De la misma forma, el sistema distribuido que planteamos ayer genera una división de poder, ya que con un sistema de este tipo todos somos productores de energía, de esta forma una empresa eléctrica ya no puede aglutinar tanto poder y tampoco tiene posibilidad de crear un monopolio.

Pero la ventaja no está solo en arrebatar el poder al organismo que hasta entonces lo acaparaba, sino también proteger a las personas, mejorar el funcionamiento y evitar problemas de mayor envergadura.

Como ya decíamos ayer, con un sistema distribuido, si falla uno de los puntos, los demás pueden proveerle y de esta forma prácticamente el incidente sería invisible para quien no conozca el problema.

Hasta aquí estamos repitiendo un poco lo que comentamos ayer, pero es importante ser conscientes de estas ideas si queremos trasladarlas a otros ámbitos como por ejemplo el conocimiento y el intercambio del mismo. Si un único sitio alberga toda la información la fragilidad del mismo es mucho mayor y supone un verdadero problema.

Un buen ejemplo es lo ocurrido con Rapidshare en Alemania, donde la GEMA (SGAE alemana) obligó al servicio de descargas a eliminar miles de archivos de sus servidores. Esto evidentemente con el P2P es mucho más complicado, por lo que se dota de mayor poder a los ciudadanos ya que éstos en gran medida están protegidos contra acciones de este tipo. Es muy difícil hacer que miles de personas repartidas por todo el mundo borren unos determinados archivos, de hecho es casi imposible, pero es bastante fácil doblegar a una única persona, entidad o lo que sea, a que haga esto mismo.

Un sistema distribuido por tanto evita la problemática de depender única y exclusivamente de un punto del cual obtener el bien concreto, lo que también evita el problema que puede suponer que este punto deje de funcionar. Por otra parte arrebata el poder a los organismos más diversos que pueden tratar de imponer sus deseos de concentración, y a la misma vez protege a los usuarios de estas mismas organizaciones.

Los nuevos créditos P2P, por ejemplo, también son una forma de luchar contra la hegemonía, en este caso, de los bancos. En definitiva, todo lo que suponga crear un sistema distribuido y la posibilidad de convertir a cualquier persona en parte activa, incluso con un mínimo esfuerzo por parte de esta, de un proyecto, dota a este de grandes ventajas sobre los sistemas centralizados.

Además, estos sistemas que podríamos calificar de sociales, tienen otros puntos más a su favor, estimulan la responsabilidad y el comportamiento cívico de las personas. Nos involucran y si somos parte de algo nos sentiremos más responsables y tendremos mayor interés por que siga funcionando correctamente. Es un principio básico que actualmente está ausente en muchos aspectos, precisamente porque las personas nos sentimos desposeídas.

Implantar sistemas distribuidos no será fácil, la oposición será dura por parte de quienes ven peligrar su monopolio, pero aún así son el camino a seguir, ya que los beneficios, creo yo son fulminantes.

2 comentarios en “Sistemas distribuidos: la lucha contra el poder

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