Los conservadores del porno


Siempre me ha hecho mucha gracia la doble moral de algunas personas, en ocasiones también dan ganas de llorar, pero es lunes y es mejor empezar la semana con buen humor. Cuando hablamos de doble moral, en seguida nos vienen a la cabeza los conservadores. ¿Por qué razón? Porque es normal que ante el cambio de los tiempos alguien se sienta tentando y no pueda mantenerse firme siempre a los argumentos que le atan al pasado, a las costumbres más oscurantistas, a tener el no a todo siempre en la boca. Es comprensible, y es por ello que lo lógico sería que esta gente admitiera abiertamente que hay que ser un poco más flexible, ya que andar todo el día empalado por un palo de escoba produce una rigidez difícil de soportar hasta al hombre más recto de todos.

El problema es que los conservadores, normalmente, no tienen el valor suficiente de admitir abiertamente que para algunas cosas no son tan conservadores, y de ahí que, cuando se descubren según que cosas, corran ríos de tinta revelando los escándalos más estrambóticos de personajes que alardeaban de su firme postura conservadora.

Ahí están los conservadores machacando día sí y otro también a todo tipo de colectivos, sobre todo a los homosexuales, y luego a más de uno lo han pillado practicando eso que aparentemente desprecian. Ahí están alardeando de tirantes y cuando se los quitan les gusta tener prácticas sexuales cuanto menos sorprendentes para la postura que defienden públicamente.

Así son los conservadores, ocultos en su oscura cueva moralista, señalando con el dedo acusador y teniendo sexo solo con fines reproductivos, con las luces apagadas y mediante una agujerito en la manta. Claro que esa oscuridad está teñida por el resplandor del monitor del ordenador que usan para ver porno y masturbarse como cosacos. Son los conservadores del porno, gracias a ellos este sigue siendo una industria bastante prolífica.

Datos recientes evidencian que los estados norteamericanos más religiosos y conservadores son los que consumen más pornografía on-line. Y más aún, muchos de esos que ponen el grito en el cielo por la zoofilia, la coprofagia y el fisting, son luego los que más buscan este tipo de contenido en la red. ¿Se harán cortes en los muslos después de haberse masturbado con las imágenes de una mujer o un hombre manteniendo una relación sexual con un caballo mientras mastica excrementos y se mete puños de plastico por el ano? ¿Confesarán esto al cura de su iglesia? Quizá si, porque quizá el cura hace exáctamente lo mismo, a lo mejor incluso intercambian contenido de este tipo los domingos en misa por debajo de la mesa.

Vía | Guerra Eterna

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