Llevo mucho tiempo reivindicando mi oposición al nacionalismo. De ahí que este pregón bloguero me parezca una buena idea y lo publique en este blog.
Se hace saber, por orden del señor bloguero, que este espacio se declara libre de nacionalismo y patriotismo. El señor bloguero considera que es un orgullo ordinario eso de ufanarse del terruño, y que lo más parecido a las banderitas que le despierta alguna emoción es lo que viene pinchado en un palillo y sirve de aperitivo. Queda, pues, declarado el nacionalismo como mal visto por aquí, lo que se hace efectivo con el descubrimiento simbólico del siguiente banner, del que los parroquianos pueden disponer como deseen tras el acto. He dicho.
Aunque el banner que va unido a esta especie de declaración de principios muestra una boina o txapela, en alusión probablemente al nacionalismo vasco, desde este blog, al igual que supongo que lo hacen tanto el creador del pregón y banner como los que han difundido su mensaje, declaro abiertamente mi rechazo al nacionalismo de cualquier tipo. Tanto el canario con sus siete estrellas verdes, como el vasco con txapela, el catalán con sus reinos, el español con su águila y su toro de Osborne, el francés con su arrogancia, el norteamericano con su superioridad… Me da igual el tipo que sea, el nacionalismo me repugna, porque me parece una muestra de la incoherencia humana, de su profunda ignorancia y de su estupidez.
El nacionaismo es una ideología basada en que la xenofobia y no la autocrítica, es el valor mas positivo para la sociedad. Esto es asi porque la xenofobia es conservadora, estática, cobarde. Mientras, la crítica es revolucionaria, dinámica y valiente. De esa manera, mirando mi ombligo, no veo que los demás también tienen, que me quedo parado porque si no miro hacia delante tropiezo cuando camino, y finalmente como el avestruz escondo mi cabeza en el ombligo. Viene a ser como esa gente que se tapa de pies a cabeza con la sábana cada vez que tienen pesadillas… que carajo piensan? que es una sabana mágica. ¡seamos valientes! ¡hagamos autocrítica!
Ya sabes que en torno a este tema estamos en la misma onda. El nacionalismo es para los cobardes.