Estados sucesores y la subordinación del pueblo


Estaba estudiando teoría sociológica y me topé con Gumplowicz, quien plantea una cuestión muy interesante con respecto a los ‘estados sucesores’, concepto que entenderán mejor cuando hayan leído el post.

Gumplowicz prestó especial atención a la aparición y mantenimiento del aparato estatal como herramienta de control y dominio de un grupo sobre otro u otros. Su aportación en este terreno fue descollante, puesto que hoy todavía su teoría del origen del estado sigue siendo considerada como la más plausible por la ciencia social. Gumplowicz concluyó que el aparato político al que llamados estado no fue creado para promover el bienestar de sus súbditos. Su origen histórico se encuentra siempre en la conquista de un pueblo por otro, seguida por la instauración de un estrato superior de conquistadores que se ve obligado, para consolidar su dominio, a montar un aparato administrativo permanente, por rudimentario que sea. El origen remoto de este proceso es económico, puesto que entraña el paso del saqueo por incursión al saqueo rutinario mediante las contribuciones de los vasallos a los señores o al soberano. Mediante el aparato político y administrativo -el estado- una comunidad explota regularmente a otra, sometiéndola o esclavizándola, es decir, rutinizando su dominio, sobre todo a través de una red fiscal e impositiva.

Las pesquisas históricas posteriores confirman la hipótesis de Gumplowicz. Los historiadores suelen llamar ‘estados sucesores’ a los que resultan de la fragmentación imperial. Estos últimos no son una excepción a la hipótesis de Gumplowicz puesto que si del origen histórico se trata, éste sigue siendo la conquista y la rutinización posterior del dominio. Además, y en no pocos casos, una casta formada por los estamentos herederos de los conquistadores continúan dominando por largo tiempo a las clases subordinadas otrora conquistadas por sus antepasados. Se trata sólo de convertir una provincia imperial en un estado. Una clase emergente se separa de la metrópoli conquistadora y hereda la conquista: el pueblo sigue subordinado.

Esto es un extracto del libro «Teoría sociológica clásica» de Salvador Giner. Me interesa porque es la crítica que siempre hago a los movimientos independentistas. Éstos, desde el punto de vista de la clase dominante son lógicos porque con la independencia éstas tendrán un control total de su región y por tanto también de la economía pudiendo mover los hilos a su antojo. En cambio el pueblo, del que generalmente la clase dominante tiene que obtener el apoyo para lograr la independencia de la metrópoli o estado central, vive en cierta medida engañada, porque la esperanza de alcanzar un mayor grado de bienestar con la independencia no es más que un sueño que no se verá reflejado en la realidad si ésta se consigue. El pueblo parece condenado a vivir como un perro, lo único que cambia es el dueño y la correa, pero la vida sigue igual de mal.

Esta es una de las razones por las que critico las ideas independentistas, porque me parecen un timo, un engaño, no son más que la intención de que el control pase de unas manos a otras, nunca una mejoría real para el pueblo.

[tags]Gumplowicz, teoría sociológica, independentistas, nacionalismo, estado, poder, subordinación[/tags]

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