No dejes que te muerdan


Un día cualquiera. Madrid. Exposición de caras de estreñimiento en el metro. Vagones convertidos en contenedores de malhumor. A punto de estallar. Les miro. Me cuesta imaginar tanta carencia de ilusión. Ni una chispa de alegría. Lamentable.

Entiendo a Goya. Esta es la ‘Romería de San Isidro’. Rostros desencajados, carentes de luz. Y no es una cuestión de clase. Lleven mono o traje, las caras son intercambiables. Entre metros no pasan más de cinco minutos. El tiempo de espera es despreciable. Aún así, en cuanto se abren las puertas los túneles del metro acogen carreras de cien metros lisos. Codazos, pisotones, pelotones que se encuentran tratando de correr en direcciones opuestas. Más caras largas. Gritos, insultos. El campo de batalla de nuestros tiempos.

El malhumor se propaga. Es el equivalente a una amenaza zombie en el mundo real. No estarás a salvo en ninguna parte. A la vuelta de la esquina espera una horda de malhumorados dispuestos a joderte el día. Personas desprovistas de ilusiones. Incapaces de sonreír. Lo único que les proporciona una fugaz satisfacción es amargar a otros. Les fastidia ver su antítesis. No soportan que exista una sola persona mínimamente contenta. Huelen la alegría, como un perro el miedo, y atacan con voracidad.

¿Aún tienes ilusión? ¿Aún no te has rendido? ¿Aún crees que puedes ser feliz? Somos pocos y no estamos a salvo del malhumor. Estamos expuestos constantemente. Necesitaremos andarnos con cuidado y la calle no es un lugar seguro. Trata de mantenerte a salvo y recuerda: NO DEJES QUE TE MUERDAN.

Por un uso responsable de los antibióticos


No he estudiado medicina, no soy médico, sin embargo tengo constancia de que un consumo frecuente de antibióticos reduce su efectividad. Desgraciadamente, por lo que he podido leer en el post del Tito Rinze, el problema de los médicos que recetan antibióticos como si fueran caramelos para la tos es bastante común.

Como bien dice en el post referenciado: «los antibióticos sirven para bacterias, no para virus«. De ahí que sea un craso error recetarlos para la gripe común, algo sin embargo muy frecuente.

A mi me genera mucho desconcierto cuando veo a la gente corriendo al médico cuando tienen gripe para que les receten antibióticos. Incluso hay personas que se enfadan si no se los recetan, y tratan de pedir cita con otro doctor que si lo haga. Yo soy de las personas que cuando tiene gripe la curo con zumos de naranja, té con miel y limón y sudando, como se ha hecho toda la vida. No quiero decir con esto que no se tomen medicinas, sino que debemos ser un poco más conscientes de lo que nos tomamos y cuándo lo hacemos, y sobre todo no automedicarnos a diestro y siniestro.

Está claro que en mi caso influye el hecho de que no me guste demasiado ir al médico, lo paso un tanto mal siempre que voy, pero de igual forma la gripe es lo que tiene, se pueden aliviar los síntomas, pero curarse en definitiva se cura «por si sola».

De esta forma me aseguro también de que cuando me tome unos antibióticos estos tendrán el efecto esperado, y no me vea con el problema poco agradable de enfrentarme a algo más grave que una gripe y que lo que debería curarme no lo hace por haber realizado un consumo excesivo.

Si algún médico discrepa y quiere aportar algo de conocimiento más detallado y quizá corregir posibles errores míos, agradeceré cualquier aportación. Oswaldo, esto va para ti 😀