Consumismo hasta explotar


Hacía tiempo que no escribía ninguna poesía, y el otro día estaba en la cafetería de la universidad, comiendo el menú del día para luego seguir estudiando, y como de costumbre observaba a la gente a mi alrededor y escribí una bobería que reproduciré a continuación, que no es gran cosa, pero lo que importa es la intención y el mensaje, ¿no?

Consumismo hasta explotar

Consumimos hasta explotar,
un pequeño fallo
y ya está para tirar.
Compramos por vicio,
al servicio de grandes multinacionales,
verdaderos criminales.
El armario está a reventar,
encontrar algo un calvario,
pantalón y camiseta,
muchas cosas aún conservan la etiqueta.
¡Oh Dios! Esto ya no está de moda,
la gente es así… de boba.
Crecen las montañas de basura,
pero nosotros seguimos con esta locura.
Sabemos más de Gran Hermano
que de nuestro entorno más cercano.
En la ropa el nombre de un fulano,
lo mejor, que suene a italiano.
Nos divertimos con sonidos polifónicos,
mientras niños de doce ya son alcohólicos.
Hipnotizados delante del televisor,
las mentes al contenedor.
Pensar no está de moda,
tener un coche tuneado, ¡eso si que mola!
Hoy día todo es vendible,
increíble y para mi incomprensible.
El dinero hace guapo al feo,
lo veo y no lo creo,
se vende un te quiero al mejor postor.
Si tienes dinero no importa que seas un capullo,
más de un lame culos te inflará el orgullo.
Si invitas a una raya el fin de semana,
tendrás a alguien en tu cama.
Así es el mundo que hemos creado,
y en él vive este ciudadano cabreado.

Por Andrej Nicolás Hillebrand

[tags]Consumismo, drogas, alcohol, televisión, basura[/tags]

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