Todos, o prácticamente todos, conocemos esa sensación de ira y de rabia que se siente cuando pinchas una moneda en una cabina, y a pesar de que después de haber realizado la llamada te sobre dinero, este no lo vuelvas a ver jamás. Es una audaz forma de «exigir» el bote por los servicios prestados.

De esta manera Telefónica debe de haber ingresado millones de euros en forma de «bote» que nos hemos visto obligados a entregar, puesto que no había ninguna alternativa para recuperar ese dinero una vez estuviera dentro del aparato timofónico.

Ahora por fin han multado a Telefónica precisamente por no devolver el cambio exacto en sus cabinas. Por eso me gustaría saber que va a ser de todo ese dinero que nos han estafado. Yo quiero mi parte.

Lo más gracioso es que los de Telefónica tienen la cara de decir que van a recurrir la sentencia, y que según ellos la normativa vigente no obliga a que sus cabinas devuelvan cambio de las monedas introducidas sino el saldo sobrante, y dado que este se devuelve se esta actuando conforme al derecho. Supongo que se refieren a que si pinchas un euro, pero efectúas una llamada por el valor de 25 céntimos, sigues teniendo a tu disposición los 75 céntimos restantes para efectuar otras llamadas. El problema es que muchas veces no queremos realizar más llamadas, lo que queremos es que nos devuelvan nuestro dinero.

A mi parecer, estas grandes empresas siempre se aferran a unas normativas o leyes totalmente descerebradas (que me gustaría saber quien las redactó, y peor aún, quién las aprobó) y de esta manera salen airosos de un montón de pleitos, cuando la justicia debería castigar con dureza a estos timadores. Además cualquier multa que se le imponga a una empresa tan grande como lo es Telefónica no es más que algo simbólico, puesto que estas empresas tienen tanto dinero que una pequeña multa ni les duele. Aún así esto podría ser el principio del cambio, y quizá con un poco de suerte, las cabinas pronto nos devuelvan lo que es nuestro, y dejen de ser ladrones inertes.

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