Cada vez que escucho frases racistas, busco la bolsita de los aviones, pero prefiero vomitar mi rabia sobre la sociedad, ya que ellos faltan el respeto cada segundo, ni se notará que se lo falte yo una vez de tanto en tanto.
No entiendo esos juicios extraños, parecen empeñados en comportarse como perros, matrcando su terriorio con meadas en la pared, y justificando así su xenofobia. Incluso los animales son más civilizados que estos inmundos asustados de lo extraño, tachando al inmigrante de criminal, cuando su único sueño es poner comida en su boca y en la de su familia. Pero más patético se hace todo el tema cuando hijos de inmigrantes ya nacidos, y con nacionalidad del país de acogida son rechazados tan sólo por su color de piel o por su aspecto físico. Hablan el idioma igual que el resto de habitantes, trabajan como los demás, pagan impuestos en el país, tienen sus papeles, pueden jugar incluso para su selección, pero aún así les juzgan por ser negros, por ser musulmanes, por aparentar ser de otro lugar…
Hasta hace poco eran muchos los que celebraban los goles de los jugadores negros de su equipo preferido, y después del partido no dudaban en patear las cabezas de aquellos mismos negros que marcaban goles para su club. Ahora el presidente de la región de Languedoc-Rosellón (sur de Francia), el socialista George Freche, lamentó que haya «nueve negros» en la alineación de la selección francesa de fútbol.
Según el político: «Este país da vergüenza. Dentro de poco habrá once negros«, cuando «lo normal sería que hubiera tres o cuatro» y «si hay tantos es porque los blancos son una nulidad«. Después intentó arreglarlo, como suelen hacer los políticos frecuentemente al darse cuenta de alguna barbaridad que han soltado, mientras olvidaban medir sus palabras, y dar árienda suelta a sus más sinceros sentimientos, pero yo creo que esto no tiene arreglo. Afortunadamente, en general, se ha criticado severamente a George Freche por sus afirmaciones, incluso se ha pedido su dimisión.
Probablemente ya lo haya dicho un millón de veces, pero creo que uno de los principales problemas está en que la mayoría de las personas que tanto hablan y critican, en realidad no han conocido a un negro/a en su vida, porque de haberlo hecho se darían cuenta de que no tiene sentido despreciarlos.
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