
Finalmente y tras una campaña de desprestigio, en ocasiones muy sucia, en su contra, Obama ha derrotado a Hillary y será por tanto el candidato demócrata para las próximas elecciones. La noticia ayer recorría el mundo:
Barack Obama ha puesto hoy ayer punto final a cinco meses de intensa batalla entre él y su rival Hillary Clinton, durante los que han votado casi 38 millones de personas en más de 50 Estados. El senador por Illinois ha hecho historia al ganar esta la pasada madrugada (hora española) la nominación demócrata a la Casa Blanca y convertirse en el primer candidato negro con aspiraciones reales de llegar a la presidencia de Estados Unidos. Lo ha logrado después de superar la marca de 2.118 delegados necesarios tras las primarias celebradas en Dakota del Sur y Montana, y gracias al apoyo de los superdelegados. Dana Perino, portavoz de la Casa Blanca, ha felicitado en nombre del presidente George W. Bush al senador Obama por ser «el primer candidato negro de un gran partido», síntoma de «lo mucho que hemos evolucionado».
Sinceramente, me alegro. Me parece que durante estos meses Hillary ha mostrado su peor cara. Clinton, al menos para mi, antepuso sus intereses personales y sus ansias de poder a los del partido. Si el fin es derrotar a los republicanos y provocar cambios positivos que devuelvan cierto bienestar al país, creo que lo importante sería luchar por este fin, más que por quién sea el que lo lleve a cabo. Desde hace meses se pedía a Hillary que se retirase de la carrera, los datos estaban sobre la mesa y era improbable que ella ganase las primarias. Pero la senadora hizo oídos sordos y siguió luchando, ciertamente con el apoyo de mucha gente, pero valiéndose también de la técnica de desgaste de su oponente Barack Obama, y esto no beneficia al partido. Yo considero que Clinton debería haberse retirado hace ya mucho tiempo y debería haberse centrado en apoyar a Obama y no en mermar su imagen.
Ha quedado claro también que Hillary tiene mal perder, de hecho no sabe perder. Al parecer hasta el viernes o el sábado no pondrá fin, públicamente, a su campaña. Incluso se rumorea de que a la senadora le gustaría ser vicepresidenta. Yo creo que habiendo mostrado de lo que es capaz por llegar a la casa blanca, sería como encargar tu seguridad al mismo Judas. Al parecer algunos asesores de Clinton incluso han sugerido que Obama la necesita. Yo personalmente creo que proponerla a ella como vicepresidenta sería alejarse de todo lo que Obama ha estado defendiendo todo este tiempo. Sería alejarse del cambio y dejar que las viejas estructuras vuelvan a la Casa Blanca. Es cierto que siempre quedan residuos, pero por ahora Obama representaba un cambio hacia algo nuevo, gente nueva, y no más de lo mismo, más de lo que ya hemos pasado y vivido. Veremos como termina esto.