El capitalismo necesariamente tiene que incitar al consumismo, porque si solo consumiésemos por necesidad, un sistema como este, que ha sido ideado de esta forma, no podría funcionar. Esa sería la principal crítica, ya que con otro sistema propablemente todo esto que diremos a continuación no sería necesario, pero como la realidad es esta, es la que vamos a criticar.
Todo esto está relacionado con un post de Kailos P., en el que manifiesta su mosqueo porque en un periodo de tiempo brevísimo aquellos aparatos de Apple que compró hace tan solo unos meses a un precio determinado y con unas especificaciones concretas, ahora ya han sido relanzados con ciertas mejorías y a un menor coste.
En el mundo de la informática y los aparatejos electrónicos estamos ya bastante curtidos, cuando compramos algo ya sabemos que prácticamente en el momento de hacerlo ya es viejo y quedará reemplazado por un aparato aún mejor en cuestión de días. Por eso, lo mejor es ser consciente de que esto es una realidad y tratar de que a uno le afecte lo menos posible.
Sin embargo es totalmente comprensible que alguien se enfade si gasta un montón de dinero en comprar un determinado artilugio, y poco después venden el mismo, con varias mejorías y por menos dinero. Uno se siente un tanto estafado. ¿Qué ha podido pasar en cuestión de unos meses? ¿Cuando compré mi cacharro en cuestión aún no existían las mejoras que ahora se le han añadido?
Esta última pregunta es muy interesante en el caso del iPhone. Después de que la primera euforia colectiva hubiese pasado, comenzaron a escucharse las voces críticas, aquellas que decían que el móvil de Apple carecía de muchas cosas que otros teléfonos ya hacía tiempo habían incluido. Cabría preguntarse por qué Apple no dotó a su teléfono de dichas características desde un principio. Detrás de todo esto, y no creo que me equivoque con esta afirmación se encuentra el deseo de generar cantidades asquerosas de dinero.
Los de Apple saben que sus productos son deseados, aún no contando con las mejores prestaciones en cuando al hardware, su diseño, sus sistema operativo y el aura de prestigio que rodea a sus creaciones les permiten que en periodos muy cortos de tiempo puedan sacar una versión mejorada de su producto y que un montón de gente esté dispuesta a deshacerse de su «viejo» equipo, el cual solo tiene unos meses y volver a gastar una suma considerable por ese nuevo cacharro algo mejorado.
Desde el punto de vista capitalista, es brillante. Pero desde el punto de vista casi ético o al menos desde un cierto grado de respeto hacia el usuario, esta política es bastante injusta. No parece correcto hacer pagar a los usuarios un montón de dinero por un producto que en el momento de salir a la venta ya podría tener mejores prestaciones, para que al cabo de unos meses la versión adquirida ya esté anticuada, salga a la venta una mejor y encima a un precio menor del que dicha persona pagó hace apenas unos meses.
Este es uno de los aspectos que me llevan a mirar con desdén el sistema económico con el que vivimos, ya que genera en nosotros unos deseos totalmente artificiales, alimentados por unas estrategias «malévolas» de marketing, y nos convierten en máquinas de consumo, algo que por otra parte está destrozando el planeta.
El problema que planteas, tiene una solución fácil: «consumo responsable». Compra lo que necesites. Si no es lo que necesitas, no lo compres. El iPhone parecía genial, pero yo esperé. Y claro, al esperar empiezas a oír a la gente que lo compró, incluso llegas a probar el teléfono de algún amigo. Y ves que no es lo que buscas o necesitas. Y no lo compro. De hecho no lo compraré nunca (cosas de linuxero, amante del software libre de la libertad con los cacharros que compro/uso).
Muchas veces deberíamos plantearnos si el problema está en los vendedores/fabricantes o en nosotros, que nos dejamos seducir por sus cantos de sirena.
Totalmente de acuerdo con lo que dices, yo casi siempre trato de hacer un consumo responsable, de hecho soy de esas personas que muchas veces usa cosas hasta que están en tal grado de desgaste que rozan la barrera en la que comienza a dar vergüenza usarlos 😀
Yo también suelo esperar, informarme bien antes de comprar algo y no comprar por comprar. Aunque hay que decir que todos alguna vez compramos algo por comprar, pero trato de mantener esto al mínimo.
Y aunque es cierto que los consumidores podríamos negarnos a comprar y negarnos a mantener este sistema consumista, pero eso es bastante complicado. Y es verdad que muchas veces nos dejamos seducir por los cantos de las sirenas, pero aún así creo que no toda la responsabilidad cae sobre nosotros, los ciudadanos, ya que también es normal que las personas caigamos en las trampas que grandes empresas desarrollan con presupuestos millonarios, y en cuyo diseño participa gente muy inteligente, muchas veces más inteligentes que nosotros, es casi inevitable que al menos en algunas ocasiones terminemos cayendo en dichas trampas.