Pues eso, que les deseo una feliz navidad a todos, que coman algo rico, y que lo disfruten, pero tengan cuidado con el turrón duro no vayan a perder algún diente. Creo que a ninguno nos apetece pasar la noche sin una paleta y con cara de imbécil dolorido.
Por si hay marisco, no se limpien los dedos en la ropa del que tegan al lado, y si hay conejo como han propuesto desde el gobierno espero que no se tengan que pasar la noche apartando los pelos. Especial cuidado también a la hora de engullir como si no hubieran comido en su vida, no se vayan a atragantar y terminen con la cabeza hinchada, roja y pasando un apuro mientras algún familiar les incrusta las puños en la barriga intentando que regurgiten ese trozo de comida que por momentos parece que fuera a poner fin a su vida.
Eviten los típicos temas conflictivos que terminen por generar una discusión a grito pelado entre borrachos, y que terminen pegándose con muslos de pollo, tirándose puré de papas a la cara o con un mejillón metido en uno de los agujeros de la nariz.
Eviten que el típico familiar borracho se acerque demasiado al árbol si no quieren que ocurra una tragedia y pongan a niños y animales de compañía en el balcón o la terraza y cierren la puerta para que tampoco éstos terminen tirando el árbol. Aunque eso sí, antes de ubicarlos allí pónganles ropa de abrigo no tengan que ejercer mañana de enfermeros y enfermeras porque los niños hayan cogido una pulmonía.
Creo que siguiendo estas sencillas reglas deberían pasarlo bien y no debería de haber ningún incidente de mayor gravedad. Y antes de que se me olvide, si comen polvorones tengan agua o algo de beber cerca, el bolo alimenticio que forman los mantecados pueden generar algunos problemas.
Ahora sí que no me queda más que desearles una feliz navidad.
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