No se que pensarán ustedes, pero a mi me resulta, cuanto menos curioso, que tras la victoria de los demócratas en la cámara baja en las elecciones en EEUU, y el empate en el Senado, vuelvan a resurgir de manera masiva los rumores y las habladurías de atentados terroristas y de miembros de Al-Qaeda capturados o asesinados.

No se si serán coincidencias o no, pero a mi me parece un intento desesperado de marketing; un intento de conservar el poco apoyo que aún le queda al gobierno de Bush; un intento de que sigamos dando visto bueno, a los «colonos» norteamericanos, para que éstos puedan llevar a cabo las guerras contra el terrorismo que tanto han defendido. No creo que sea descabellado pensar que Bush intente por todos los medios rascar apoyos hasta debajo de las piedras. El presidente norteamericano se verá amenazado por los recientes resultados de las elecciones, y verá peligrar sus políticas de destrucción y masacre y ahora pretende que sigamos sintiendo miedo y de esta manera consideremos apropiado que su ejército siga asesinando a gente inocente, entre la que quizá se encuentre algún miembro de Al-Qaeda, aunque es más probable que no lo haya, y lo que quedará atrás será un rastro de sangre de niños y mujeres muertos, «culpables» tan sólo de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Esto sería la famosa cortina de humo tras la cual se esconden las verdaderas intenciones políticas. Es curioso, pero uno llega a tal punto de paranoia y de desconfianza que de lo que lees, te crees la mitad de la mitad, y el resto lo miras con desconfianza, pues ya sabemos bien que los medios están más vendidos que el pescado fresco. Y los políticos mienten como bellacos, cosa que hace difícil confiar en cualquiera que sea político o salga en un medio de comunicación.

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