
En medio de la controversia que se ha generado en torno a los diamantes sangrientos, o conflictivos, Russell Simmons dio una rueda de prensa el 5 de diciembre, tras un viaje de 9 días, en el que recorrió gran parte de África, para afirmar, según él, que el bling (joyas, en este caso con diamantes) no es tan malo.
El empresario que ha diversificado sus negocios, desde una discográfica que une bajo un mismo techo a los raperos más famosos del panorama actual, Def Jam, hasta la compañía de joyas The Simmons Jewelry Company de la que es co-propietaria su mujer Kimora Lee Simmons. La pareja ha creado el Diamond Empowerment Fund (D.E.F.) para conseguir fondos que son puestos a disposición para el fomento y la creación de escuelas e institutos en África del Sur y Botswana.
Pues bien, después de su viaje, Simmons ha afirmado que «los diamantes pueden ser, como en Botswana, la diferencia entre la más absoluta pobreza y la estabilidad total«. También dice que las cosas en África no están tan mal. Los medios de comunicación han recibido una lista de los resultados alcanzados por los integrantes de la visita a África, que en su amplia mayoría es una exposición de lo positivo y favorable que es la industria de los diamantes para el continente.
Últimamente se ha hablado mucho acerca de los diamantes conflictivos. A ello han contribuido personas como Jay-Z, Kanye West con su canción ‘Diamonds from Sierra Leona‘ y seguirá siendo un tema de conversación importante gracias al próximo estreno de la película ‘Blood Diamond‘. Simmons en cambio dice que no hay que hacer demasiado caso a todo este revuelo en los medios, ya que tal y como se comenta en el informe entregado a los medios, el 84% de los ingresos del estado de Botswana y África del Sur proviene de la industria de diamantes. Incluso muchas clínicas dedicadas al tratamiento del VIH/SIDA funcionan gracias al dinero proveniente de esta industria.
No voy a negar que la industria de diamantes pueda ser muy beneficiosa y positiva para África, pero para empezar, para que eso sea así, esta industria debería de ser nacionalizada, pues mientras sean empresas extranjeras las que exploten las minas africanas, los africanos seguirán siendo tan sólo mano de obra barata.
En segundo lugar habría que analizar más a fondo del Proceso Kimberley, el cual tiene algunos puntos de dudosa credibilidad. Según datos oficiales, en gran parte gracias al Esquema de Certificación del Proceso Kimberley se ha reducido considerablemente la cantidad de diamantes conflictivos en circulación. Se ha pasado de la situación de los años 90 en los que los diamantes sangrientos representaban un 20% del total mundial, a que éstos asciendan tan sólo a un 1%. A pesar de ello el Proceso Kimberley a estado sometido a críticas recientemente, ya que no ha servido para erradicar el problema además de algunas cuestiones que se citarán más adelante. Actualmente se mantiene una situación muy delicada en la que en cualquier momento los diamantes conflictivos podrían resurgir de manera masiva.
Además hay claras evidencias de que en ciertos puntos de la geografía están reapareciendo diamantes conflictivos. Es el caso de Côte d’Ivoire, un país de África occidental, que ha introducido 23 millones de dólares en diamantes al mercado mundial, según un informe de la ONU de octubre del 2006. Algunos de estos diamantes al parecer entran en el mercado a través de Ghana país en el que son introducidos por contrabando.
Liberia sometida a un embargo tras la guerra también parece estar trabajando en aplicar las medidas establecidas por el Proceso Kimberley, pero aún siguen saliendo diamantes conflictivos de este país. También ha habido recientemente algunas irregularidades, denunciadas por el PAC, en Brasil y en Guyana, razón por la que Brasil ha bloqueado todos los envios de diamantes entre febrero y septiembre de este año para poder rectificar y resolver todos los problemas descubiertos por el PAC.
Al parecer gran parte de los diamantes de Venezuela están siendo sacados del país mediante contrabando sin pasar por ningún proceso del Proceso Kimberley, por lo que no son diamantes conflictivos, pero si parte de una irregularidad que necesita ser investigada.
Además cabe sospechar de la efectividad del Proceso Kimberley, ya que tiene diversos puntos flacos. Para empezar, para llegar a ser miembro de este proceso, un país no tiene que hacer mucho más que enviar una postal mediante el correo diplomático al presidente de la organización, África del Sur. Que el país cumpla con los requisitos establecidos por el Proceso Kimberley es de una importancia de segundo orden.
Muchos países, entre ellos muchos de los integrados en el continente africano, prefieren no estar sometidos a la mirada atenta de inspectores. Por lo tanto es posible que los diamantes no esten tan limpios como se nos intenta hacer creer. Puesto que a pesar de que con el proceso se evita, aparentemente que el dinero caiga en manos indebidas, ya que se obliga a los países a llevar una contabilidad, esto tampoco es fiable al cien por cien ya que hay una tremenda falta de control y supervisión.
Por todo ello el problema no se ha resuelto, y se debe seguir mejorando el Esquema de Certificación del Proceso Kimberley. Aún así yo añadiría que es preciso que los países productores de diamantes sean realmente quienes reciban el dinero de esta producción, para que de esta manera estos países puedan mejorar su economía y el nivel de vida de sus ciudadanos. El problema está en que hay mucha gente ganando mucho dinero con los diamantes, y en África las personas siguen muriendo de hambre, siguen trabajando por una miseria, y eso no se resuelve con el Proceso Kimberley, eso precisa que se tomen otras medidas, se lleven a cabo otras políticas, y se luche contra la corrupción en los propios países africanos.
Evidentemente África tiene muchas más enfermedades trágicas, razones por las que mueren miles de personas en el continente que nos dio la vida. Resolver el problema de los diamantes es tan sólo resolver una mínima parte de todo lo que está aconteciendo en esa parte del mundo que hemos explotado, cosa que seguimos haciendo, y que ahora hemos abandonado en gran parte a su suerte, sin dejarles ni un resquicio de aire para sobrevivir. África es un continente, bajo mi punto de vista, prácticamente abocado al caos, a no ser que las cosas cambien mucho en el mundo, cosa que espero asiosamente.
Para más información visiten cualquiera de las páginas que he enlazado o bien Blood Diamond Action, en la que encontrarán muchos más datos interesantes.
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